Todo proceso electoral tiene un sentido plebiscitario; esto es, en las urnas se pone a consideración de los ciudadanos el ejercicio del gobierno en turno y es en las urnas donde se reconoce o se desconocen los avances y retrocesos.
El 2 de junio de este año no será la excepción. El electorado acudirá (un indicador interesante sería ver en qué proporción respecto a la lista nominal) a las urnas para premiar o castigar lo que se hizo o lo que se dejó de hacer.
Con frecuencia suele citarse que los gobiernos de Morena, tanto el federal como el estatal parecen demasiado confiados en los altos índices de aprobación del presidente y en la derrama de recursos vía los programas sociales a la población más vulnerable, pero con frecuencia se deja de lado también otros indicadores en los que fincan esa confianza.
En el caso de Sonora hay un par de programas que objetivamente se están traduciendo en mejoras medibles y que sin duda incidirán en el ánimo de los votantes. Uno de ellos es el programa de Becas Sonora de Oportunidades que dispersará este año 750 millones de pesos que impactan no solo a los estudiantes (especialmente a los universitarios, ya en edad de votar) sino a sus familias al aligerarles cargas económicas que hasta antes de esto le pegaban al bolsillo familiar.
Ese programa está proyectado además, para destinar dos mil millones de pesos al término del actual sexenio.
El otro es el Plan Sonora de Energía Sostenible, con el que se están desarrollando obras de gran calado, como la modernización del puerto de Guaymas y la carretera Guaymas-Chihuahua; la planta de licuefacción en Puerto Libertad, que aunque es de capital privado se enmarca en las inversiones relacionadas con el desarrollo sustentable, así como la planta fotovoltaica que se construye en Puerto Peñasco, entre otras, sobre todo la instalación de nuevas empresas en el marco del nearshoring.
Se cuenta además los planes de justicia para las etnias y para Cananea, y las obras de reubicación de las vías del ferrocarril en Nogales.
Se ha cuestionado que estos proyectos no arrojan aún resultados, pero esto no es tan cierto. De acuerdo con los datos del IMSS, Sonora registró a enero de este año 665 mil 301 empleos, 9 mil 391 más que en diciembre del año pasado, pero si se compara con el mes de enero de 2023, se tienen contabilizados más de 16 mil empleos formales.
Y estos se han generado principalmente en las obras que se construyen con recursos de los gobiernos estatal y federal.
Esta generación de empleos ha posicionado a Sonora en el tercer lugar nacional en ese rubro y el mejor en la frontera norte.
En el caso de las becas estudiantiles, el impacto también es medible. El Inegi reporta que por primera vez desde 2010 se rompió la tendencia creciente en deserción escolar y se logró la tasa más alta en absorción de estudiantes a las universidades. Es decir, menos estudiantes abandonan sus carreras y más estudiantes ingresan a las mismas.
Eso está relacionado directamente con el beneficio de las becas, de acuerdo con lo externado ayer por el gobernador Alfonso Durazo Montaño durante su rueda de prensa semanal.
Estos impactos en la vida de los sonorenses son algunos de los que estarán valorándose el próximo dos de junio, como lo estarán otros que tienen un efecto negativo, hay que decirlo, como es el caso de la seguridad pública.
II
Y ya que andamos en asuntos plebiscitarios, lo anterior también aplica para otros ámbitos de gobierno, los municipales, por ejemplo.
Propios y extraños reconocen el caso de Hermosillo como el ayuntamiento que más obra pública ha realizado con recursos propios, desde pavimentación y reparación de calles (que estaban hechas un desastre), hasta remozamiento de espacios públicos y señaladamente, la disminución en la percepción de inseguridad, donde ha jugado un papel central la adquisición de una flota de 220 patrullas eléctricas.
Esa percepción de mejoría también se ha medido por instituciones gubernamentales del ámbito federal como el IMSS y el Inegi y se ha traducido en buenos niveles de aceptación del alcalde Antonio Astiazarán.
Hay empresas encuestadoras, como Poligrama, por citar el caso de su estudio más reciente, que plasman esos niveles de aceptación proyectándolos sobre la intención del alcalde de ir por la elección consecutiva este año.
Aunque en Hermosillo la marca Morena se encuentra muy bien posicionada y la figura del presidente de la República ha llegado a estar por encima del 70 por ciento, si hoy fueran las elecciones para la alcaldía, Antonio Astiazarán supera con más de siete puntos a su más cercana competidora, María Dolores del Río, de Morena.
En este ejercicio demoscópico Astiazarán aparece con el 42.8% de las preferencias electorales, mientras que Del Río Sánchez tiene un 35.5%.
Claramente, estas tendencias están estrechamente relacionadas con el trabajo que ha realizado el alcalde.
Y así como en el plano estatal la oposición tendrá que luchar contra la buena percepción que del gobierno tiene el electorado, en el plano municipal, el partido oficial tendrá que luchar contra la buena percepción que tiene el alcalde. Ya veremos.
III
“Que se hable de uno, aunque sea bien” parece haberse convertido en el mantra de muchos políticos, bajo la premisa de que no hay publicidad mala.
A Jorge Álvarez Maynez, el candidato de MC a la presidencia de la República le fue muy mal con el video que se difundió en la víspera, donde aparece al lado de otros personajes fanfarroneando la fiesta y la política.
Él sabe que no estuvo bien, al grado de que aceptó ofrecer disculpas a quienes aludió retadora -y diríase que groseramente- en ese video, en el que también apareció El Pato de Lucas, aspirante al senado de la República por el partido naranja.
Pero al parecer tanto Álvarez Maynez como El Pato ya encontraron la manera de que se hable de ellos, no le hace que sea mal y, desde la muy precaria preferencia en que los ubican las encuestas, insistieron ayer en picar la cresta a sus adversarios.
Particularmente el Pato hizo circular un video en el que arremete contra Manlio Fabio Beltrones (también le raspa la lámina a Lilly Téllez) acusándolo de ser parte de la vieja política, de haber saqueado el estado, de aparecerse solo en épocas electorales y entre otras cosas, de repartirse las plurinominales familiarmente.
Vamos a ver si hay respuesta, pero por lo pronto la contienda ya está agarrando sabor.
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