Cd. de México.- Obispos agrupados en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hicieron un llamado en video para reiterar a las autoridades que eviten que el crimen organizado participe en el proceso electoral en curso.
En el pronunciamiento, ocho prelados, encabezados por Monseñor Rogelio Cabrera López, presidente de la Conferencia del Episcopado, indicaron que sería muy grave la intervención de los grupos criminales.
“El peor de los escenarios, el que mayormente debemos evitar, es aquel en el que el crimen organizado y otros grupos delincuenciales intervengan en el proceso electoral en cualquier lugar y momento.
“La democracia electoral mezclada con la delincuencia es un binomio totalmente inaceptable. Es un signo de la más deplorable corrupción que se debe evitar a toda costa, por ningún motivo se puede justificar y mucho menos entrar en complicidad”, indicó Rutilio Felipe Pozos Lorenzini, Obispo de Ciudad Obregón, Sonora.
El próximo 2 de junio se van a elegir más de 20 mil 700 cargos de elección popular tanto federales como locales, entre ellos la Presidencia de la República y la renovación de la Cámara de Diputados y el Senado.
Los obispos, quienes han asumido una actitud proactiva en algunas regiones del país azotadas por el crimen organizado y la violencia, advirtieron que el país registra una coyuntura delicada.
Este pronunciamiento forma parte de otros tantos que la Iglesia católica ha replicado en las últimas semanas en medio de la violencia que ha cobrado la vida de aspirantes de distintos partidos alrededor del País.
“Las condiciones por las que atraviesa el país, desafortunadamente, no son las mejores pues es evidente que, desde hace tiempo, nuestros problemas son muchos en materia de seguridad, de seguridad social, crecimiento económico, insuficiente empleo formal y digno, cobertura y calidad educativa y de salud, migración, polarización social y otras problemáticas.
“Coincidimos en que el reto mayor está en hacer valer y vivir en un verdadero Estado de derecho como primer paso para superar la corrupción y nuestras carencias”, Eduardo Cervantes Merino, de la diócesis de Orizaba, Veracruz.
Los ministros de culto expresaron su deseo de que el proceso electoral sea un ejemplo de civilidad a la altura de la cultura democrática que se ha construido en los últimos años y que los contendientes acepten los resultados.
“Participemos todos en lo que a cada uno nos toca, vigilando con esmero el proceso electoral en su conjunto, donde los verdaderos demócratas, como fruto de un proceso ejemplar, deberán reconocer los resultados sin apasionamiento, dejando de lado intereses meramente partidistas y conductas egoístas y poniendo por delante el bien común de nuestro México”, señaló Jaime Calderón Calderón, Obispo de Tapachula.
El País, sostuvieron, necesita campañas electorales limpias, legales y austeras, que favorezcan el ejercicio del voto libre, informado y secreto, sin manipulaciones ni engaños.
“El bien común de la nación exige que vivamos esta experiencia de renovación democrática con libertad y responsabilidad. Toca a las autoridades un correcto desempeño en sus responsabilidades para garantizar la participación ciudadana. Es así como entendemos la expresión según la cual la política es una de las formas más elevadas de la caridad porque sirve al bien común”, indicó Ramón Castro Castro, secretario general de la CEM.
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