Encuadre/José F. Medina
El ataque directo registrado este martes contra la agricultora y piloto aviador, Blanca Buentello León, tiene profundamente consternada, con una mezcla de indignación y rabia, a la población caborquense.
Y no es para menos. Colegas periodistas de esa región me dicen que fueron mas de treinta balazos los que impactaron el vehículo en que circulaba, algunos de ellos, con destino en la humanidad de la empresaria, quien hasta el momento de redactar estas líneas, se encontraba, dentro de la gravedad de las lesiones, estable, en un hospital de Hermosillo.
Apenas el pasado 1 de febrero, Blanca había recibido el reconocimiento como “Mujer Distinguida en el Agro”, de parte de la Asociación de Usuarios del Distrito de Riego No. 37, que abarca los municipios de Altar, Pitiquito y Caborca, lo que nos indica que se trata de una mujer capaz, comprometida y de trabajo.
De hecho, me la describen como una persona muy preparada académicamente y muy querida en la comunidad, sin problemas personales.
Por eso no se entiende, y menos se acepta, el porqué del ataque.
Busqué anoche la versión oficial de los hechos con el vocero de la Fiscalía General de Justicia en el Estado, y no hubo respuesta. Como el avestruz, la autoridad escondió la cabeza, en una pésima estrategia comunicacional.
Me cuentan que el vehículo en que Blanca se trasladaba, le había sido ofrecido en venta, por lo que lo andaba “probando”. Pertenece a un exministerio público del fuero común, quien hace cinco años se retiró de esa actividad. Solo lo consigno como dato, porque es difícil creer que por ahí vaya el asunto.
Una extorsión o cobro de piso que salió mal?. Quién sabe.
Rogamos a Dios para que Blanca recupere pronto y totalmente su salud. Nadie merece ser víctima de un ataque de esta naturaleza, menos ella, una mujer de bien.
Este hecho se suma a los sucedido durante la madrugada del sábado en Sonoyta, en donde perdiera la vida un maestro, después de asistir a un evento de carácter partidista en Puerto Peñasco, junto a otras cinco personas más que resultaron lesionadas, cuando el vehículo sufrió una ráfaga de metralla, en un retén presuntamente instalado por la “maña”.
Luego, lo registrado en el Golfo de Santa Clara, municipio de San Luis Río Colorado, con la irrupción de una caravana de vehículos con hombres fuertemente armados durante este fin de semana, nos hace ver que este triángulo de municipios violentos está que arde.
Ya el delegado de la Fiscalía General de la República, Francisco Sergio Méndez, informaba de la detención de doce personas y el aseguramiento de siete vehículos, dos de ellos blindados, como un avance de las investigaciones realizadas luego de la presencia de este convoy de sicarios en esa región.
Y mientras esto ocurre en nuestro Sonora querido dondeelmaschicotienesutostón en materia de seguridad, las “campañas guangas”, como las describió el colega y amigo Arturo “El Chapo” Soto, continúan así, a medio gas, aletargadas, repletas de declaracionitis y muy buenos deseos.
Salvo Lorenia Valle y Heriberto Aguilar, y en cierta medida Célida López y Froylán Gámez, que han mostrado “músculo” con eventos masivos, los demás candidatos (as) siguen con la estrategia de hacer reuniones “en corto”, temáticas y recorridos a pie tierra, como se dice en el argot policiaco.
Algunos, de plano, preferentemente hacen campaña “en aire”, utilizando sobre todo las redes sociales. Seguramente los amigos “comprados” en X, FB e Instagram, se volcarán masivamente a votar por ellos el próximo 2 de junio.
Y quienes sí mostraron “músculo” fueron los trabajadores del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad de Sonora (Steus), al manifestarse este martes en Palacio de Gobierno, como preámbulo a lo que será la revisión salarial y contractual de este año.
Sin necesidad pero en todo su derecho, los sindicalizados, con Lourdes Rojas al frente, se movilizaron para lanzar consignas a fin de exigir el cumplimiento de sus demandas. El emplazamiento a huelga está programado para abril, aunque esto no signifique necesariamente su estallamiento.
Con ese olfato político que les caracteriza, tanto el sindicato de académicos (Staus) como el de empleados y trabajadores seguramente elevarán sus peticiones en este año, sabedores de que, 1). al gober Durazo no le gustan las marchas, manifestaciones y mucho menos las huelgas, 2). es tiempo electoral, y el Estado hará hasta lo imposible por satisfacer sus demandas, a fin de evitar la temida y nunca deseada huelga universitaria.
Ojalá que prevalezca la cordura, el diálogo y una buena negociación entre las partes, para que este proceso no culmine en la paralización de actividades de nuestra máxima casa de estudios. Mucho tendrá que ver el trabajo previo de las autoridades de la UniSon, con la rectora Rita Plancarte a la cabeza, con ambos sindicatos.
Veremos.
IN PROXIMUM
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