Cerré mis ojos, aspiré profundamente y no permití que los pensamientos fluyesen a su antojo como normalmente están acostumbrados… Antes creía que los pensamientos, la mente, era mi mente y mis pensamientos. Pero terminé por darme cuenta de que no es así.
Seguí manteniendo mi mente callada y para no dejar que me ganase desbocando pensamientos sobre mil cosas, me concentré, en mi atención, enfocándola en mi respiración… Percibía como el aire entraba por mis fosas nasales y se deslizaba fresco por la tráquea hasta mis pulmones y noté como estos se expandían, traté de llevarlos al máximo de su capacidad y un poco más. Mi mente a raya, no podía molestarme, mi atención estaba en mis pulmones. Llegué al límite y contuve un segundo el aire y empecé a soltarlo, pero con calma, sintiendo como cada centímetro cúbico de aire iba dejando mi cuerpo, hasta vaciarlo al máximo. Repetí no sé cuántas veces el ciclo con mi atención enfocada en los detalles de las sensaciones del acto de respirar a profundidad. Mi mente, estaba inquieta, podía sentirla, quería saltar a recodarme agendas, pendientes, problemas, preocupaciones de lo inseguro que, para ella, la mente, siempre es el futuro y contagiarme de su miedo sistemático, programado.
Más me concentré en mi respiración y agregué poner atención a la postura de mi cuerpo, también le sume poner atención en toda mi piel y cabello, la mente se detuvo, se pausó… No sentía ya la necesidad de mantenerla a raya. Entré en un silencio interior impresionante, es difícil explicarlo, porque seguía escuchando los sonidos que me rodeaban, pero notaba un silencio dentro increíble, sentí paz, mucha paz… La paz interior, por lo menos eso creo haber sentido. Habrá quien me diga que para poder lograr eso tienes que ser un iluminado, haber ido a la india y haber estudiado con los grandes maestros… ¡O sea¡ algo así como estar aprobado por una autoridad, institución o una de esas trampas del mundo que vivíamos, mismo mundo que ya se fue a CHASM. Como dije, no se ni aseguro que sentí lo que en los ambientes esotéricos ven de manera casi idolatrada como “paz interior”, pero si sé que sentí paz y me percibí en mi interior. Fue una sensación única que jamás había sentido. Por eso lo comparto, porque es genial y es algo que todos necesitamos.
Desde que tengo uso de razón veo como igual a quien se me pare enfrente, eso me provocaba problemas, por que era de mala educación en un niño tratar de tu a un adulto, o peor si era un anciano. Ahora a la mala educación le llaman: Políticamente incorrecto. Eso de la política es malo y como que usar la palabra correcta al lado de esa palabra es construir una contradicción, pero decir política incorrecta parece más un pleonasmo.
Pero entender la espiritualidad te llevará sin duda alguna, a hacer las cosas en sentido contrario a como veníamos haciéndolo. También te llevará a alejarte de personas con las que pensaste que tendrías cerca el resto de tu vida, ya sabes familiares cercanos o lejanos, amistades, etc. Así como te conducirá a acercarte a personas que nunca hubieses considerado, mientras todo aquello a lo que dabas valor, dejaras de dárselo.
Pero para poder entrar en la espiritualidad debes aprender a separar la mente de tu consciencia, por que mientras sigas creyendo que mente y consciencia son una sola cosa, no importa si lees mucho de temas espirituales o creas que, por hacer yoga, serás muy espiritual. Para empezar, no se trata de ser espiritual, se trata de SER. Se trata de verte a ti realmente, no el personaje que usas para interactuar en este mundo y sus enseñanzas disfrazadas de problemas, ataques o tragedias.
Me ha sido complicado entender que no soy el personaje, el nombre que me otorgaron y menos la profesión para la que estudié. Estoy encariñado o más bien apegado a mi personaje o avatar del que vivo su vida, me cae bien el güey, aunque su terquedad y carácter cabrón me molesta de vez en cuando, pero al mismo tiempo disfruto como usa su creatividad para resolver sus asuntos terrenales y es donde aprovechamos juntos para adquirir consciencia a través de la reflexión de lo vivido y encontrar las pistas que nos llevan al tesoro perdido, que es tener consciencia.
Lo más curioso, pero al mismo tiempo engañoso, es que ese tesoro, para variar, está escondido dentro de nosotros mismos. Algunos creen que se llama felicidad y andan perdidos buscándolo fuera de uno y creen que está en alguna parte, que viene en las posesiones o que está en la compañía y amor de cierta persona en particular. Por esto es que YO de acuerdo a mi experiencia y aprendizaje, digo que una de las herramientas más importantes para interiorizarnos y conocernos, es la meditación y la atención dirigida.
Actualmente estamos viviendo un renacer del interés en todo el planeta por los temas espirituales, pero no es porque se haya puesto de moda, es porque la humanidad ya tocamos fondo. No podemos seguir por el camino que íbamos, no podemos seguir a los líderes que teníamos, porque ya nos dimos cuentas que sus facultades mentales están muy, pero, muy jodidas, mientras que están desconectados de su esencia o como dicen algunos, ni tienen esencia. El solo hecho de que hayas llegado hasta este punto de mi escrito es que tu esencia busca esta información que necesita desde lo más profundo de tu SER… Vas bien, síguele. 1CP