Washington.- Las solicitudes para ingresar a la Universidad de Harvard disminuyeron este año, a pesar de que otras escuelas altamente selectivas alcanzaron niveles récord.
La caída sugiere que un año de agitación, el cual comenzó con una carta de un estudiante que decía que Israel era “enteramente responsable” de los ataques de Hamas del 7 de octubre, puede haber dañado la reputación de Harvard y disuadido a algunos estudiantes de postularse.
El anuncio de la institución educativa la noche del jueves se produjo mientras las ocho escuelas de la Ivy League enviaron sus avisos de admisión o rechazo, conocido como el Día Ivy.
Mientras que la Universidad de Brown también reportó una caída en las solicitudes, éstas aumentaron en otras universidades de élite, como la Universidad de Pennsylvania, Dartmouth, Columbia, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), Bowdoin, Amherst y la Universidad de Virginia.
Harvard se enfocó en lo positivo.
“Más allá de otro sólido grupo de solicitantes, estamos encantados con la impresionante variedad de talentos y experiencias vividas que la generación de 2028 traerá consigo de todo Estados Unidos y el resto del mundo”, destacó en un comunicado William Fitzsimmons, decano de admisiones y ayuda financiera.
Los consejeros universitarios y los expertos en admisiones señalaron que era difícil precisar los factores detrás de la caída en las inscripciones de Harvard, pero que el escrutinio ha sido intenso y, según algunos relatos, el daño a la reputación es severo.
Todo empezó con la histórica decisión de la Suprema Corte el 29 de junio, la cual derribó décadas de política de acción afirmativa en Harvard que se había convertido en un modelo para la educación superior en todo el país.
Y culminó con la renuncia el 2 de enero de Claudine Gay, quien no sólo era la presidenta de la universidad, sino su primera presidenta negra. En ese momento, enfrentó acusaciones de plagio en su trabajo académico, además de quejas sobre su evasivo testimonio sobre antisemitismo en diciembre ante el Comité de Educación y Fuerza Laboral en la Cámara de Representantes.
El efecto en Harvard fue tan sorprendente que una caricatura en The New York Daily News firmada por Bill Bramhall mostraba a una niña diciendo a sus padres: “Maldita sea, entré a Harvard”.
Un asesor de admisiones de universidades privadas, Hafeez Lakhani, consideró que la ansiedad por el ambiente del campus fue particularmente aguda en otoño.
“Los estudiantes estaban aterrorizados por los camiones de doxxing (camiones que empezaron a circular en el campus con pantallas en las que se mostraban fotos y nombres de alumnos señalándolos de antisemitas), los CEOs que pedían nombres de los manifestantes, alumnos que perdían ofertas de trabajo por hablar de Israel y Palestina. Creo que eso llevó a algunos solicitantes a escuelas menos destacadas”, apuntó.
Otra asesora, Ded Felix, explicó que había remitido a sus preocupados clientes al grupo de Facebook Madres Contra el Antisemitismo Universitario, que ha ganado 55 mil 700 membros desde que se formó a finales de octubre, como un recurso sobre el ambiente universitario.
Pero algunas familias, incluso las judías ortodoxas, no se dejaron disuadir por la mala publicidad.
“Ser aceptada en Harvard aún es ser aceptada en Harvard”, dijo Rivka Scheinfeld, cuya hija, Tamar, una estudiante en la preparatoria YULA, una escuela diurna judía en Los Angeles, fue aceptada anticipadamente.
Tamar aplicó luego del 7 de octubre, y pensó que podía ser una voz contra el antisemitismo. “Quiero ir, quiero defender algo que sé que es correcto”, expresó.
En los últimos meses, muchas escuelas han sido sacudidas por protestas de la guerra en la Franja de Gaza, así como por quejas de antisemitismo e islamofobia. La Universidad de Brown vio su parte de conflicto universitario por la guerra, con decenas de estudiantes arrestados por invasión de propiedad luego de dos protestas en el campus.
Pero la Universidad de Pennsylvania vio un récord de solicitudes -65 mil 230-, un aumento de cerca de 10 por ciento respecto al año anterior, pese a las críticas a su entonces presidenta, Elizabeth Magill, por su testimonio legalista sobre el antisemitismo en la audiencia en la Cámara de Representantes,
Hay una diferencia significativa entre Harvard y Penn: Magill renunció rápidamente, el 9 de diciembre, cuatro días después de su testimonio. Gay, quien compareció el mismo día, permaneció en el cargo hasta el 2 de enero, mientras las acusaciones de plagio en su contra se sumaban a las quejas de que no había adoptado una postura lo suficientemente fuerte contra el antisemitismo.
En general, Harvard recibió 54 mil 8 solicitudes de recién ingreso a la universidad en su ciclo de admisiones, comparado con 56 mil 937 el año pasado, una caída de 5 por ciento. Eso continúa una tendencia que inició con las solicitudes tempranas, que cayeron 17 por ciento este ciclo. Las solicitudes regulares se redujeron casi 3 por ciento, de 46 mil 87 a 47 mil 384.
La universidad ofreció admisión a mil 937 estudiantes para la generación de 2028. Harvard dijo que pese a la disminución interanual de las cifras, este fue el cuarto año consecutivo que la institución recibió más de 50 mil solicitudes.
Debido a la decisión de la Suprema Corte que prohíbe las admisiones por motivos raciales, las universidades han informado que no divulgarán el desglose racial o étnico de sus solicitantes o estudiantes admitidos hasta el verano o el otoño, después de que las listas de espera se hayan agotado.
Pero parece que las universidades utilizan otros métodos para mejorar la diversidad de sus generaciones entrantes, como el reclutamiento de estudiantes pobres y rurales, y alumnos que serán la primera generación de su familia en ir a la universidad.
Harvard dijo que este tipo de estudiantes (los de primera generación) constituían alrededor del 20 por ciento de los admitidos y que los estudiantes elegibles para las becas federales Pell, una medición de pobreza, constituían casi el 21 por ciento.
Otras universidades rechazaron difundir sus cifras de pobreza, bajo el argumento de que los números son inciertos debido a problemas con la solicitud de ayuda federal para estudiantes.
En general, Harvard recibió 54 mil 8 solicitudes de recién ingreso a la universidad en su ciclo de admisiones, comparado con 56 mil 937 el año pasado, una caída de 5 por ciento.
Eso continúa una tendencia que inició con las solicitudes tempranas, que cayeron 17 por ciento este ciclo. Las solicitudes regulares se redujeron casi 3 por ciento, de 46 mil 87 a 47 mil 384.
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