Mi gusto es…(o la otra mirada) Por: Miguel Ángel Avilés
En un complejo residencial del poblado de Los Barriles, Baja California Sur, un ladrón entró a robar y, mientras pegaba el golpe o antes de irse, posó para la cámara.
Me refiero a la cámara de seguridad, claro, como tantas que hay instaladas pero que nunca he sabido para que son exactamente, si para registrar evidencias del atraco y luego identificar al responsable o para tener un recuerdo de cuando te robaron.
Mi duda creo que no es ociosa, si tomamos en cuenta que, habiendo cámaras o no, de todos modos robarán y el mejor ejemplo es este que les cuento.
Disculpen si arruino algún negocio cuyo giro es la venta de estas, pero las cámaras de seguridad sirven para monitorear tu hogar en tiempo real y tener un registro de las actividades de tu hogar, juntar con pruebas de posibles delitos o robos, pero no para evitar estos.
Habrá quienes les den otro uso – colocar una muy escondidita para constatar sospechas de que alguno está siendo infiel o supervisar si la trabajadora doméstica hace pulcramente sus tareas o le escupe a la sopa o el velador duerme mas al estar en su trabajo que en su casa o la niñera le da de sapes al bebé que dejaron a su cuidado.
Ni hablar pero es válido.
Parece algo muy obvio, si, pero, antes de que se decidan por una, habría que preguntarse para que la quieren, de lo contrario será muy frustrante saber que gracias a lo instalado, ese que ves a cuadro es el que se metió a nuestra casa, que está ahí frente a ti para mentarle su madre o decirle de todo, pero no es útil para agarrarlo con las manos en la masa; es decir infraganti, ni para darle un escarmiento a la mascota de la vecina que nomás ve sola la casa y se mete a depositar sus heces, con envidiable placidez.
Distinto será el resultado si nos olvidamos de estos artefactos y, a cambio, colocamos en zonas estratégicas de la casa, una buena cantidad de kola loka para que el intruso o la intrusa se quede pegado al piso o en una mesa o en una silla cuando menos lo espere, hasta que llegue la policía, así como se quedó aquel muchacho sobre el mostrador cuando asaltaron el expendio de cerveza en donde trabajaba y sobre el cual ya lo narró en una crónica, de manera estupenda, mi compadre Arturo Soto.
También pudiera funcionar lo que no hace mucho se acostumbraba en algunos domicilios que, si bien no era una actitud muy hospitalaria, sí resultaba efectiva y consistía en sembrar con cemento sobre la barda, pedazos de filosos vidrios que ni un faquir se le ocurriría treparse.
Parecido a esto, fueron los metros de alambres de púas que coronaban los perímetros de los domicilios particulares y que, prácticamente resultaba imposible meterte a una casa, salvo que el atrevido quisiera emular a Jesús crucificado y salir de ahí, de inmediato, robándose a lo mucho el botiquín de la familia o unas curitas, para no morir de morir desangrado metros adelante.
Por esa razón, yo me inclinaría por las trampas para osos pues son dispositivos diseñados para atrapar o capturar a esos animales, y los cazadores e investigadores de vida silvestre los han utilizado durante siglos, con mucha efectividad.
Si bien, su uso es polémico, y no seré un apólogo de esas aficiones, pueden ser una arma muy segura para sorprender a mas de un lombrosiano sujeto que le dé por meterse a donde nadie lo llamó y quiera seguir con su costumbre de ser amante de lo ajeno.
Si esto no los convence, les propongo que consigan una de las chícharas paralizadoras usaba el Chapulín Colorado y dejarla en automático por ahí escondida, para que, cuando sienta la presencia de un extraño, dispare y el invasor quede como si jugara a los encantados.
Se me ocurre también acudir con los inventores de Alexa para fabricaran una especial contra el hampa, la instalamos en el patio y cuando a nuestro celular nos llegue alguna señal de peligro, de inmediato, desde donde entremos activamos un botón y nuestro asiste virtual suele una estruendosa canción de Natanael Cano o de Valentin Elizalde y el ladrón salga corriendo.
En el caso que les refiero al inicio, los hechos, de acuerdo al reportero Imberth Rondero, “ocurrieron alrededor de las 11:30 de la noche del 15 de mayo, cuando el sujeto vestido de negro y que ocultaba su rostro con un pasamontañas del mismo color se detiene frente al lente del dispositivo de protección mientras buscaba que objetos robar.”
“Tras algunos segundos, el encapuchado sale de cuadro para continuar delinquiendo y esconder su botín dentro de una mochila roja con negro que portaba en su espalda. Después huye del sitio aparentemente despreocupado por exponerse en vídeo”.
Hasta estos momentos que usted se puso a leer esta columna, no se sabe quién fue el atrevido que, además de robarle a unos extranjeros, tuvo la idea de exhibirse, mirando hacia la cámara, según narra el autor de la nota.
Subrayo esto último porque tal vez estemos conjeturando y el probable responsable de estos hechos con apariencia de delito, ni tan siquiera se fijó que estaba el aparato y él nomas volteó porque sí o creyendo que era una televisión, una lámpara o un ovni.
Mi duda nace porque el trapo que le cubre la cara no cumple su papel del todo y como un luchador en combate con la máscara rota, se puede ver buena parte de su nariz, sus ojos y su frente, por cierto no muy agraciadas y no creo que ante ese inconveniente, el hombre se quisiera arriesgar a ser identificado por alguien, resultando, a la postre, un viejo conocido de la región, considerando que Los Barriles es un pueblo con una población de 1 174 habitantes o poco más, ya que la cifra no la tengo actualizada.
_ “¿Ya viste lo que circula en redes? Torcieron al Zopy , el hijo de doña Panchis Robando.. se tapó la cara pero es él ”
_ “¿Pero cómo?”
_ “Pues no estás viéndolo, chécalo”
Por eso digo que a lo mejor estamos alterando la escena y él ni en cuenta. Ratero si es, pero quizá no es tan cínico ni tan obvio, aunque sí muy conocido y que caso tenía arriesgarse.
A nosotros que estamos lejos solo nos queda especular en cuanto a su identidad y si algo nos queda claro es que no es el subcomandante Marcos ( por cierto ¿ dónde está y a quien sirve?), ni Enrique de Martino ni mucho menos Don Ratero, el que se llevó mi maletín porque a este si lo conozco muy bien.
De cualquier manera , si la interpretación del reportero es cierta, pensaremos que el malhechor actúa así porque se sabe impune, y se muestra cínico. En el momento de la toma no está en un Big brother pero, difundido el video, ahora sí y los demás medios le dan vuelo, cosa que al asalta casas no le importa, en tanto no sea identificado y pague sus fechorías.
Cuando se asomó a la cámara , no sé como andaría pero siento que no le midió el agua a los camotes ni mucho menos considero que pasaría a la fama por andar posando de esa manera…
Siguiendo con la especulación, en su caso, a diferencia de otros, él si supo que había cámaras, buscó la mejor pose, y luego continuó con lo suyo.
Hay otros casos en donde nos obligan a posar para la cámara sin saber que es esto ni oponiéndome a lo que dos o mas personas intentan hacer con nosotros . Me refiero a Las Caritas que nos hicieron de niño, y que hoy llorando, sonriendo y haciendo pucheros, luces en un marquito de madera para la fascinación de las visitas
El problema es para quien al no saber que hay cámaras y por ende no te da por posar, sino al contrario te abocas a lo tuyo y recoges el botín, loco de contento y de felicidad , lo echas, pausadamente a la maleta te vas si saber, que todo ha quedado registrado para cuando se ofrezca.
Sí, también me acordé de Rene Bejarano y compañía pero temo que el inolvidable episodio de las ligas, haya sido un montaje o una alteración de la escena por parte de los conservadores o los inmorales grupos de intereses creados y yo no me sumaré a esta mafia para seguirlo calumniando.
Pobre hombre.
Pobre.