Al menos 300 personas que defendían los derechos humanos fueron asesinadas en 28 países del mundo en 2023, y casi la mitad de los homicidios fueron en Colombia, mientras que México se posicionó en el segundo lugar señala un informe publicado por la ONG Front Line Defenders, que indica que quienes defienden los derechos LGTBIQ+ y de las mujeres fueron los más perseguidos.
El 79 por ciento de los asesinatos registrados por la organización de derechos humanos fueron perpetrados en América, siendo Colombia, donde hubo 142 casos en 2023, el país más violento para los activistas, seguido de México (30), Brasil (24) y Honduras (19).
Algunos territorios en conflicto como Palestina, Sudán o República Democrática del Congo (RDC) registran cifras bajas, por lo que Frontline Defenders avisa que “es probable que ocurrieran más asesinatos, pero debido al desmantelamiento de grupos de derechos humanos locales, amenazas de muerte o la vigilancia, no se ha podido documentar estos casos en muchos países y regiones sobre todo de Asia, África y Oriente Medio”.
El documento señala igualmente que hubo 49 mujeres asesinadas y catorce miembros de la comunidad LGTBIQ+, pero fue la población indígena la más perseguida, con 92 homicidios en Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Indonesia, Nicaragua, Paraguay, Perú y Filipinas. También fueron asesinadas 64 personas que defendían el medioambiente.
“Un cuarto de siglo después de que la ONU adoptara la Declaración sobre los defensores y defensoras de derechos humanos no se ha avanzado lo suficiente para garantizar que estas personas sean valoradas y protegidas. (…) Necesitamos actuar urgentemente para revertir esta situación”, lamentó el director ejecutivo de Front Line Defenders, Alan Glasgow, citado en un comunicado.
América, la región con más asesinatos
En América, los defensores más perseguidos son los de los derechos de los pueblos indígenas, seguidos por quienes defienden la tierra, según el informe.
En ese sentido, el informe se hace eco de cómo se persigue a quienes luchan contra proyectos energéticos, “principalmente apoyados por inversiones del norte global”, que siguen ahondando en los modelos extractivistas y “reproducen dinámicas violentas y de conflicto en comunidades locales”.
Y aunque Colombia fue el país con más homicidios, la organización se muestra preocupada por la situación en otros como Honduras, donde “2023 estuvo marcado por una violencia letal contra defensores”, con 14 asesinatos.
En México persistieron las desapariciones forzadas, con más de 113 mil desapariciones, “lo que es un riesgo siempre presente para defensores”, sobre todo para indígenas o quienes cuidan el medioambiente o la tierra.
Violaciones donde hay conflictos
“En un momento en el que se están produciendo más conflictos violentos que en cualquier otra etapa desde la Segunda Guerra Mundial, es cada vez más evidente que los/as defensores de derechos humanos son frecuentemente objeto de ataques como consecuencia del trabajo vital que realizan en situaciones de conflicto”, apuntó la organización.
En este contexto, recuerdan el asesinato de ocho defensores en Sudán o que “en medio de los bombardeos y el asedio de Gaza por parte de Israel, la población civil, incluidos defensores de derechos humanos y sus familias, se llevaron de forma abrumadora la peor parte de los ataques”.
La organización recuerda el asesinato también de periodistas y reporteros gráficos y de video como Samer Abu Daqqa, asesinado en diciembre por un ataque aéreo de Israel, en lo que “parece ser un esfuerzo concertado del Ejército israelí para silenciar que se reporte la escala de devastación alcanzada”.
El informe también recoge que otra forma de amedrantamiento a quienes defienden los derechos humanos son las persecuciones y amenazas a las familias, apartado en el que documentó que 21 familiares de defensores, incluidos menores, fueron asesinados en Afganistán, Colombia, Honduras, Sudán y Filipinas el año pasado.