Al parecer las innumerables transformaciones en las que la energía es capaz de lograr convertirse , es lo que venimos a aprender en esta vida…
¿Suena muy fría mi apertura de columna?
Lo explico de otra manera. Desde que llegué a esta vida y tomé una milésima de consciencia, este mundo y quienes habitamos en él, me fascinaron. De pequeñito me hacía amiguito de un niño y estaba seguro que seríamos grandes amigos por siempre. Me compraban mis papás algún juguete y pensaba que jugaría con ese juguete por siempre… Y así con todo lo que me iba encontrando en este hermoso y fascinante mundo. Pero mi amiguito, se iba a vivir a otro lado y me dolía, no podía creer que ya no lo vería por siempre. Mi juguete se perdía o se rompía y ya no servía. Y así, la vida fue transcurriendo y todo se iba y nada quedaba, solo algunas personas y cosas que eventualmente se irán y al final seré yo el que me vaya. No ando en depre, pero es necesario compartirles lo que sentía en esos tiempos y que aún siento, pero ya no con la misma intensidad.
He estado investigando y aprendiendo de espiritualidad natural, que es como yo le llamo a la espiritualidad sin religiosidad o devoción adoratoria a entidades no físicas. Obviamente vine a dar con temas de meditaciones, aprender a no juzgar a nadie ni a nada, el desapego, entender la separación de mente y consciencia, sueños lúcidos, viajes astrales, etc.
Es muy extraño por que es dificultosamente fácil… Si, ya sé. Pero quien anda en estos temas en serio, me entenderá y quien solo expresa frases bonitas sobre bendiciones y decir gracias, gracias, gracias para que digan que es muy espiritual, no entenderá ni madre. Es de esas cosas que se entienden mejor viviéndolas que leyéndolas. Pero bueno, trato de explicarlas desde mi sentir a ver si así, puedo comunicarlo.
Todo en este mundo cambia, es más, está siempre y en continuo proceso de cambio. Hasta las rocas que una vez fueron tierra o arena, tarde o temprano vuelven a ser tierra o arena. Y alguna vez sus moléculas fueron parte de una planta, que luego fueron parte de un animal, para después ser parte de ti, para luego irse de ti para formar parte de otra piedra, árbol, tierra, polvo, etc. es más pudieron esas moléculas dejar tu cuerpo en un pedo que te tiraste y pasaron a formar parte del aire. Uso ese ejemplo tan “folklórico” para dar a entender a que grado de común es la transformación de todo lo que llamamos materia y eso es un pedacito infinitesimal de los procesos de transformación, hay que hablar del la transformación de la energía, por que todo eso que acabo de mencionar involucra transformaciones de energías y al hablar de energías, debemos tomar en cuenta la vibración de la energía, sus frecuencias, si son bajas o altas y por lo mismo su densidad, si es de polo negativo o positivo. Etc. No quiero entrar muy técnico para no perderme. Es solo para brindar un poquito de perspectiva sobre lo que nunca tomamos en consideración.
A lo que voy con que todo en este mundo cambia, es que todo tiene un inicio, un desarrollo y un cambio de estado… Normalmente se usa el termino erróneo de: “y muere”. No nada muere, la muerte es inexistente y de lo poco imposible en el todo universal… Hasta donde he logrado entender se cambia de estado, todo cambia de estado. Aquí es donde me estrello con el tema del apego. Por eso inicio mi reflexión con mi temprana infancia. Llegando a este hermoso mundo, la primer enseñanza fue el desapego, pero hasta ahora de viejo y después de darle vueltas a todas mis reflexiones y de otros… “Eureka” hay que aprender a desapegarse de personas, animales y cosas.
Pero si me gustan un chin… mucho, me gustan mucho ¿Por qué debo desapegarme y separarme? ¿Por qué todo cambia? Al parecer, sí.
En la espiritualidad nos dicen que esta vida aquí en lo que llamamos tierra o lo que vemos como la realidad, es una simulación, un juego, que no es lo real… Aunque lo sintamos archimegasuperhiper realista y déjenme agregar: Doloroso. No es real… Y lo peor del asunto es que no importa. Si tienes títulos profesionales, doctorados o reconocimientos internacionales… No importa. Lo que importa es tu grado de consciencia sobre la verdadera naturaleza de la energía viva y consciente que somos y que cambiamos de estado continuamente y al hacerlo hay que soltar y dejar atrás todo, por que cambias de estado, para vivir otro estado de energía, otra frecuencia vibratoria.
Entonces donde me estrello es en el desapego, me dicen y aquí lo comparto, que es el acto más elevado del amor incondicional. Pero duele, duele mucho, duele porque hay que soltar lo que amas, hay que dejar ir. Ese dolor es mental (o sea no es tuyo) y causa sufrimiento al ego (o sea el personaje que vivimos y que no somos en realidad) por temor de la posible pérdida de una posesión que no existe, no es real, es ilusoria, porque no podemos poseer a nada ni a nadie. No nos pertenecen los hijos, los padres, los amigos o la pareja.
Son seres libres e independientes, como tú, con su propia senda por recorrer. Por eso no se puede subyugar la felicidad de unos, hacia los otros: Si no eres feliz tú solo, no lo serás con nadie.
El apego, es el controlador del tiempo que no te permite vivir el presente, ya que te ancla al pasado o al futuro, sin embargo, el desapego te mantiene en el aquí y ahora. Desapego es soltar al otro, sabiendo, que pase lo que pase, tu vas a estar bien. Y puede doler mucho, porque nos enseñaron que podíamos poseer todo tipo de cosas, hasta ser dueños de personas y controlarlos.
La independencia afectiva, es el mayor regalo que puedes hacerte a ti y a tus seres amados. Y solo cuando lo logras alcanzas la verdadera y plena libertad. Una vez que empiezas a avanzar hacia el desapego, ya no hay vuelta atrás. Solo cuando sueltas, fluyes y dejas espacio para recibir abundancia en todos los aspectos de la vida que por derecho eres.
Entonces si nos vemos como energía que fluye, energía líquida, entonces percibiremos al ego y el apego como nudos, como cuellos de botella que obstaculizan nuestro camino. En lo personal, siempre intento ser balanceado en mi percepción y en lo que expreso. En este mundo y sistema en el que vivimos debemos tener algo de ego y apego, son herramientas para sobrevivir la vida en la materia, pero conscientes de su utilización y volviendo a nuestra esencia o nuestro centro. 1CP