Esperé a que se calmara el alboroto del fallido debate gringo, donde de manera casi unánime, todo mundo se ha expresado muy negativamente de dicho evento político-electorero. Aquí en algunas de mis columnas de corte geopolítico les he comentado que el país defensor de la democracia y la libertad, ha estado cometiendo errores al por mayor en su política interna, en política exterior, en decisiones militares, pero, sobre todo, ha venido cometiendo errores de finanzas y economía, que cualquiera pudiera tacharlos de estrategias suicidas del gobierno de Joe Biden. En cuestión de relaciones públicas, igualmente están en la lona, su imagen a caído estrepitosamente no solo internamente, sino a nivel mundial. Para nadie es sorpresa sus mentiras, todos o la mayoría sabe que ni defiende la democracia y ni defiende la libertad de nadie.
Sin embargo, hay personas que aún creen que el mundo volverá a ser como lo era antes del 2020. Simplemente no pueden entender que el mundo ya no es lo que fue, cambió radicalmente y hay personas que están en estado de negación. Va a ser un cambio muy difícil y tremendo para quienes no entran en consciencia y aquí es en donde la espiritualidad conecta con lo que la gente le llama “realidad”. La mayoría de las personas creen, CREEN que la democracia funciona y que es para el bien de la sociedad, es decir, están inconscientes de que la democracia es un sistema de manipulación en el que nos hacen CREER que nosotros decidimos los gobiernos que tenemos.
Consciencia, necesitamos consciencia, ser conscientes… ¿De que necesitamos ser conscientes? De que definitivamente hay muchas cosas y situaciones que no embonan en la sociedad occidental y su sistema. De que lo que nos han dicho que es la verdad, en realidad es la mentira… Y viceversa. Lo mismo en cada aspecto de nuestras vidas.
En el debate de Biden y Trump vimos algo muy común últimamente en el jueguito la democracia, es decir, que tenemos que escoger de entre el peor candidato o el malo. En la democracia te dan a escoger de entre puros candidatos que no son convenientes para los votantes, pero todos convienen a las elites.
También hay quienes, notan las pistas y los datos que indican todo lo que les he comentado, sin embargo… Notan las contradicciones e incongruencias, pero, se hacen como que no saben, como que no ven, como que no escuchan, como que no está pasando… El debate Trump-Biden evidencía la caída del sistema, la caída del imperio estadounidense, evidencía que estamos viviendo el final de los tiempos de ese sistema. Pero no se quieren aceptar los nuevos tiempos y formas, por que se nos programó para creer que decir final de los tiempos, nos incluye en ese final. Y vuelve a salir esa palabrita CREER, CREER, pero a nadie nos consta lo que nos enseñaron, adoctrinaron o programaron, solo damos por hecho que unos científicos descubrieron algo y dijeron que las cosas son de tal o cual manera y esto dicho por unos maestros que se supone que tienen conocimiento, pero en realidad también CREEN saber lo que enseñan, pero casi nada de lo que enseñan, les consta. Unos expertos aportaron el conocimiento, la historia, los descubrimientos, lo que está bien y lo que está mal y como lo aceptaron nuestros padres y nos lo inculcaron, como nos lo enseñaron nuestros maestros y lo confirmaron la autoridades… Nosotros les creímos y después repetimos el patrón con nuestros hijos, pero llegó el 2020.
Las verdades que están saliendo y que saldrán a la luz, unas son tan feas y abominables que nos espantaremos y otras tan fantásticas que batallaremos mucho para entenderlas. El tiempo de las creencias terminó para darle el paso al tiempo de estar en consciencia… El tiempo de saber. 1CP