El estadio de Colombes es el escenario, los 100 y 200 metros planos son las pruebas de su competencia. Una diminuta delegación mexicana de quince integrantes llega en julio de 1924 a las Olimpiadas en París, un sonorense participa por primera vez.
Herminio Ahumada Ortiz (18991983) haría de su vida un ejemplo de congruencia, sus inquietudes lo encumbrarían en la presidencia del Partido Antirreeleccionista Sonorense en 1926, posteriormente acompañará a José Vasconcelos (1882-1959) en un accidentado peregrinar político que terminaría con el exilio del oaxaqueño.
El sonorense se gradúa de abogado en 1930, contrae matrimonio con la hija de Vasconcelos y así anuda una fructífera y larga relación. Herminio Ahumada se convirtió en un referente político de una generación de profesionistas que habían hecho de la Revolución su asidero ideológico.
Por otra ruta desarrolla su talento como escritor y traductor, labor que le dio otra vertiente que complementaba un espíritu inquieto y profundo. Sin embargo, la actuación que marca su futuro será aquella experiencia como líder de la Cámara de Diputados por el PRM en el periodo presidencial de general Manuel Ávila Camacho al responder el cuarto informe presidencial, el 1 de septiembre de 1944.
Ahumada, ajeno a las conductas rastreras respondió respetuosamente con un espíritu crítico aquel documento leído por el Presidente, le reconoció virtudes y algo que caracterizó su administración, un espíritu conciliatorio y la firme posición en un mundo en conflicto.
El diputado trajo a su discurso citas religiosas que incomodaron a la concurrencia, tuvo el valor de señalar lo que propició que Fernando Amilpa -uno de los fundadores de la CTM-, y el político tabasqueño Carlos Madrazo, se levantaran de sus asientos e increparan violentamente a Ahumada después de la lectura y al haber escuchado los siguiente:
“El adelanto que en nuestro sistema democrático registra un decisivo y radical avance en lo social, hace contraste con la imperfección y el retraso que causa en lo político. Y el desequilibrio de estos dos factores es una de las causas principales que origina la tragedia de la democracia mexicana. Para que las conquistas sociales proclamadas por la Revolución lleguen a ser realidad y no sólo engañosa promesa; dejen de ser bandera de discordia; para que llegue a realizarse el anhelo supremo de lograr el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo es necesario, urgente en nuestro medio, una radical reforma a los procedimientos políticos hasta hoy seguidos. Queremos decir con esto que mientras no sea un hecho entre nosotros el respeto al voto ciudadano; mientras no se depure la función electoral, mientras sigan siendo en ella factores decisivos la actuación de un sólo partido, la falta de respeto a la opinión pública, la cláusula de exclusión, el pistolerismo, la farsa y la mentira, la democracia no podrá realizarse en México”.
Aquel vigoroso atleta, destacado abogado, intelectual y político provocó con estas afirmaciones una ardiente revuelta en su contra, Ávila Camacho intentó contener la virulencia de los ataques, al final cedió, el diputado sonorense que había ganado su elección en Sonora como un reflejo de una nueva generación de mexicanos preocupados por la democracia, fue despojado del liderazgo de la Cámara.
Ahumada no llegó a la final de las competencias de atletismo en París en 1924, pero su valiente intervención como diputado le otorgaría el reconocimiento póstumo. Preocupado por la educación será uno de los fundadores de la Universidad de Sonora.
Y como en las pruebas de atletismo, el esfuerzo y la valentía caminan en solitario.