LA POSVERDAD es aquella que parte de la voluntad de un régimen dominado por una sola persona, a través de la cual, la realidad es distorsionada para imponer la “verdad” surgida de los propósitos dominantes de la política en el poder.
Y Andrés Manuel López Obrador, tiene por deseo imponer esa “posverdad”, creando una realidad alterna, aquella que hace referencia a “su verdad”, integrada por supuestos éxitos a la vez que crea un aparente estado de felicidad en las personas.
Todo es una mentira. Es una manipulación.
En su sexto informe de gobierno, el Presidente que está a un mes de entregar la banda presidencial a una sucesora creada e impuesta por él mismo, mostró un país donde la violencia, el colapso en el sistema de salud y el abandono al campo (solo por poner tres botones de muestra) son inexistentes.
La realidad alterna inventada por AMLO, habla de que la violencia ha disminuido, que hereda un sistema de salud mejor que el de Dinamarca y que se ha dado tanto apoyo a los hombres del campo que estos están produciendo bien y lo suficiente.
Jamás reparó en fallas. Imposible admitir realidades que se viven diariamente en las calles del país. ¿Cómo aceptar que el sexenio de la “cuarta transformación” ha sido el más violento de la historia, con más de 194 mil homicidios dolosos a la fecha? ¿Cómo aceptar que México registró, de acuerdo a su población, más muertes por COVID 19, cuando otras naciones con el mismo número de pobladores –Japón, por ejemplo- no alcanzó los cien mil decesos? ¿Cómo decir que el INSABI colapsó y que nunca se ha podido abastecer al cien por ciento los medicamentos en los hospitales oficiales? ¿Cómo recordar que los apoyos al campo, a quienes producen los alimentos, fueron abandonados a su suerte?
López Obrador ha tratado de generar una nueva historia, incluso del pasado, a quien culpa de todos los males del país por los gobernantes corruptos que solo defendieron a las oligarquías y se olvidaron del pueblo.
Ha seguido fielmente los pasos enmarcados en el libro “1984” de George Orwell, en el que establece que en una dictadura, el “Gran Hermano” o dictador, ha dispuesto cambiar la historia, porque alcanzado este propósito impone su “nueva verdad” en el presente y asegura el dominio del futuro.
López Obrador rindió un sexto informe, ayer 1 de septiembre, con un zócalo repleto de seguidores, evidentemente “acarreados” por el gobierno de la ciudad. Por eso le resultó fácil realizar un sondeo a mano alzada, para “avalar” la voluntad contemplada en una iniciativa de Ley, para que en lo sucesivo, los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal sean elegidos por voto popular.
Todo se construyó para presentar a la opinión pública un teatro en el que se adoraba a su “Neomesías” por sus miles de seguidores.
Y habrá que reconocer su éxito. Porque a pesar de los pésimos resultados en su gobierno, ha tenido la habilidad de controlar la opinión pública imponiendo la agenda política diaria y, sobre todo, hacer llegar a 30 millones de mexicanos, un apoyo económico, como no lo había tenido en los últimos cincuenta años.
En el día de la “4-T”, transcurre la parte alta de la mañana, en medio del festejo por las victorias innegables.
Sin embargo, como los resultados positivos son nulos, llegará la tarde y al final del día, el crujir de los intestinos del pueblo se impondrá en las calles.
A UN PAR DE kilómetros del zócalo y unas horas antes, miles se manifestaron en contra de la reforma judicial… Pueblo, estudiantes, trabajadores del Poder Judicial, magistradas y magistrados, tomaron Reforma alrededor del “Ángel de la Independencia”… Y, una vez más… Con la inclusión de las universidades, sus estudiantes y maestros, el objetivo del gobierno por controlar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se tornará más complicado, aún más que la “suspensión” en un amparo otorgado por dos jueces para detener la discusión de la iniciativa presidencial en la Cámara de los Diputados… No será fácil, si Estados Unidos, Canadá (nuestros principales socios comerciales) además de otros gobiernos en el mundo, están condenando el Estado de una sola persona que se quiere imponer en México.
EN SONORA tomaron posesión los integrantes de la Legislatura número LXIV, con el “extra” de los rostros con sonrisa de oreja a oreja de Alejandra López Noriega, Raúl González de la Vega y dos personales más representantes del PT y Nueva Alianza, que al cuarto para las doce fueron reconocidos por la sala superior del TRIFE, que echó abajo el acuerdo de la sala regional de Guadalajara de ese mismo organismo que había ordenado al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana en el Estado, otorgar constancias de diputados plurinominales electos a cuatro “relevos”… Finalmente, Alejandra, Raúl y dos más, rindieron protesta en la sesión del primer minuto de este domingo 1 de septiembre… Lo extraño es el error cometido por el presidente del IEE y de PC, Neri Ruiz, que aún “vivo” el proceso en el TRIFE, se atrevió a otorgarles las constancias a quienes finamente se quedaron con las ganas… Bueno… Nada es perfecto.