La violencia en Sinaloa ha sido tal que ya se puede medir también económicamente.
Pequeños y medianos comerciantes, así como restauranteros, establecen que en 11 días se han tenido pérdidas que rondan los 5 mil 500 millones de pesos.
“Solamente el sector comercio, tenemos el cálculo diario de ganancias por el monto diario de 450 millones de pesos diarios”, dijo en entrevista Guadalupe Zavala, presidenta de la Cámara Nacional de Comercio en Culiacán (Canaco).
“Nosotros en los restaurantes tenemos el cálculo de 100 millones en un día normal”, reviró Laura Guzmán Torróntegui, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac en el municipio).
Ambas empresarias hablan únicamente de las ganancias de empresas instaladas en la capital de Sinaloa. Tomaron la entrevista después de una reunión con funcionarios de la Secretaría de Economía de Sinaloa, donde expusieron un panorama desolador.
Hay 2 mil personas que decidieron renunciar a sus empleos en las últimas dos semanas por el temor de asistir a sus áreas de trabajo y ser víctimas de un evento violento.
En ese periodo las empresas han cerrado las cortinas por la violencia, falta de clientes y empleados.
Sin embargo, explicó Zavala, la dificultad principal ahora es que no hay personal suficiente para poder reactivar los comercios.”Desde el martes empezamos a ver más movimiento de personas en la calle, empezamos a abrir, pero no podemos hacerlo bien sin empleados”, dijo la presidenta de Canaco-Culiacán.
En 11 días, las actividades comerciales han sido mermadas por la narcoviolencia que se vive en los municipios de Culiacán, Eldorado, Elota, Cosalá, San Ignacio, Concordia y Mazatlán.
Esa narcoviolencia ha dejado 55 asesinatos y por lo menos 69 personas desaparecidas de manera forzada, de acuerdo con datos de la Fiscalía General de Sinaloa, la Fiscalía General de la República y la Comisión Estatal de Búsqueda en Sinaloa.
Guadalupe Durán, presidenta de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope) en Culiacán, dio a conocer que su sector ha sido mermado, sobre todo por aquellos pequeños comercios en las colonias del sur y oriente de la ciudad, donde se ha registrado la mayor cantidad de violencia.
“Hemos decidido abrir más tarde y cerrar más temprano, algunos ni siquiera abren ya en la tarde”, dijo la empresaria.
Esa misma dinámica se ha adoptado por supermercados y tiendas departamentales de franquicia. La violencia que azota en este estado al noroeste de México afectó a la economía sin importar el tamaño de las empresas.
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