PRIMERO fue el ataque sistemático de parte de Andrés Manuel López Obrador, desde el púlpito de su mañanera en palacio nacional. Fue un discurso del odio.
A todo aquel que no pensara como él y, particularmente a las y los periodistas críticos de su gobierno, los agrupó estigmatizándolos. Les llamó serviles a la corrupción del pasado, defensores de los privilegios de unos cuantos, integrantes de un complot contra su gobierno, defensores de la mafia del poder, conservadores, “fifís”, racistas, clasistas.
Carlos Loret y “Brozo”, formaron parte de la primera “tanda” de periodistas censurados y despedidos de sus fuentes de trabajo. TELEVISA les dijo “adiós”.
Antes de terminar su sexenio, AMLO no quiso despedirse sin cobrar venganza de algunos críticos, gestionando y logrando que varios de ellos dejaran de aparecer en la televisión o de publicar sus artículos en los diarios.
Así, Héctor Aguilar Camín y Denisse Dresser fueron integrantes de esa censura, dos analistas más de “ForoTV”, en tanto Azucena Uresti salió de “MilenioTV”.
Coincidentemente, Jorge Ramos dejó UNIVISION, motivado porque los directivos consideraron una renovación de su personal luego de casi 40 años que Jorge condujo programas especiales en el canal México-estadounidense.
Antes, Carmen Aristegui (una de sus principales aliadas antes del 2018) había sido víctima de los ataques en su contra desde “las mañaneras” y –habrá qué decirlo-, los constantes mensajes de odio hicieron de las y los periodistas un sector muy vulnerable ante la violencia desatada en el país.
Ciro Gómez Leyva sufrió un atentado en diciembre del año 2022, lo que sin duda, es la causa principal de que haya anunciado su retiro de la conducción del principal noticiario de Grupo IMAGEN.
Respecto a los asesinatos de periodistas, el sexenio de la “cuarta transformación” se ha ganado a pulso el sexenio con más víctimas, rebasando el número de 30 “aplastateclas” que perdieron la vida a lo largo y ancho del país.
Y lo que sin duda entrará a los anales de lo increíble y lo inaudito, fue el despido del conductor Gustavo Macalpin, precisamente cuando conducía y en vivo, su programa “Ciudadano 2.0” en el canal 66 de Mexicali, la capital de Baja California, gobernada por la morenista Marina del Pilar.
Arnoldo Cabada, el director general de ese canal, solicitó aparecer a cuadro junto a Macalpin para anunciarle que era su último día de trabajo, luego de una presencia exitosa del comunicador por más de seis años.
El conductor, un día antes, había hecho una dura crítica al esposo de Marina del Pilar, la mandataria estatal, ante la posibilidad de ser el candidato a la presidencia municipal de Tijuana.
¿Se imaginan la solicitud desde palacio?… “¡Lo corres ahora mismo y queremos verlo al aire!”.
El hermano de Cabada –Armando- es diputado por MORENA en Ciudad Juárez.
La intolerancia y las tiranías tienen por señal primera, la censura a la prensa. El discurso de odio implementado por López Obrador tuvo y tiene su seguimiento en sus seguidores que gobiernan en los estados.
Y las y los periodistas, se han convertido en los más vulnerables ante el exceso y abuso de poder que se vive en nuestros tiempos.
PUES OMAR García Harfuch, en su primera aparición en la “mañanera” de Claudia Sheinbaum como titular de la Secretaría de Seguridad Pública, “casi” criminalizó al asesinado presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos, al “revelar” que el edil salió de su ciudad, se dirigió solo, sin chofer y sin escolta, a un poblado cercano a reunirse “con alguien” y horas después apareció su cadáver… Hace unos días, Arcos exigió seguridad personal luego del asesinato de su secretario del Ayuntamiento hacía apenas 72 horas antes, en el noticiario de “Ciro por la mañana” de Radio Fórmula… Sin embargo, García Harfuch aseguró que el hoy occiso no había hecho la solicitud para asignarle escolta… Arcos formó parte de la coalición PAN-PRI…