La Pequeña Dosis de Historia. Por: Dr. Joaquín Robles Linares
Los aduladores existen desde tiempo atrás, “el cachorro de la Revolución” para Miguel Alemán, Luis Echeverría arrogándose la voz del “Tercer Mundo” y elogiado sólo aquí.
Recientemente el ex mandatario demandó una exaltación patológica, provocando una de las muestras de abyección más vergonzosas de la historia.
Abraham Lincoln (1809-1865) es uno de los grandes personajes de la historia norteamericana, se le reconoce por su proclama abolicionista y por ser un ejemplo de congruencia, más allá de este logro Lincoln tuvo una Presidencia singular, fue un político que entendió el valor del diálogo, de atender opiniones diversas o contrarias.
Asume la Presidencia el 4 de marzo de 1861, la atmósfera política en el país vecino estaba envenenada, el Legislativo pasaba por un encono sin precedente, siete estados del sur resolvieron separarse de la Unión.
El Presidente vivía un ambiente adverso, los estados secesionistas nombraron a su propio presidente, Je¦erson Davis, la disputa por el poder ya no sólo era política sino militar.
El Partido Republicano en el que militaba Lincoln se encontraba dividido, algunos recelaban abiertamente de su liderazgo y al centro de este conflicto el esclavismo provocaba diferencias irreconciliables. El mandatario formó un gabinete contrastante, lo integró con las diversas facciones del Partido Republicano y con demócratas anti esclavistas, optó por dar lugar a todas las opiniones y corrientes ideológicas.
Un equipo en el que su gran valor era la independencia, sus colaboradores no tenían un compromiso con él sino con sus propias convicciones, todos veteranos a quienes les tomaba el parecer, aun expresando opiniones contrarias.
El Departamento de Estado lo ocupó William Seward, abogado que se había enfrentado a Lincoln en los tribunales cuando ambos eran litigantes y este lo ridiculizó por su aspecto y procedencia, la experiencia provocó que Lincoln se centrara en el estudio y prestara más atención en su persona, nunca lo amargó.
Con los años, Seward se convirtió en un admirador de Lincoln y uno de sus más fieles colaboradores.
A fines de1862 el ejército de la Unión al mando del general George B. McClellan sufre una estrepitosa derrota, Robert E. Lee, líder de los Confederados hizo estragos en el ejército del Norte, McClellan estuvo cerca de la rendición. El Presidente visitó a las tropas para elevar la moral y conocer de primera mano los testimonios de los combatientes.
Escuchó como los del Sur hacían uso del esclavismo en beneficio de sus estrategias, cavaban trincheras y mantenían la retaguardia trabajando en sus haciendas o ayudando en distintas labores necesarias para la operación de un ejército.
Después de estos testimonios, Lincoln entendió que la proclama abolicionista no debía demorarse, además del conflicto moral era apremiante quitarle esa base de apoyo a los confederados, esto les podía dar la victoria, algo que con el tiempo sucedió.
El Gobierno federal está por cumplir dos semanas y las señales son desalentadoras: El entorno de inversión es pésimo, las decisiones en materia política son funestas, la violencia y la impunidad es un estigma sin solución racional, la política exterior es un desastre, la integración del gabinete se dio con dogmáticos incapaces de dar una opinión contraria, la administración no escucha, no ve ni atiende a los otros.
Lincoln ganó su lugar en la historia porque entendió los tiempos y escuchó a las minorías, nunca se dejó llevar por la popularidad o los halagos.
En el Gobierno federal no hay un funcionario que señale cómo la administración se ha convertido en una gran kermés, una muestra la tómbola para decidir posiciones trascendentales del Poder Judicial.
La adulación es la derrota de la razón.