SEGURAMENTE, quienes saben del “common law” o régimen jurídico en los Estados Unidos, son los abogados de Genaro García Luna, el exsecretario de seguridad de México sentenciado ayer a 38 años y 8 meses de prisión, luego de un largo juicio en el que la justicia estadounidense le acusó de cinco cargos por tráfico de drogas.
En apariencia fueron tan contundentes las pruebas contra el exservidor público, que se esperaba una sentencia de cadena perpetua, tal y como le ocurrió a Joaquín “Chapo” Guzmán.
Pero ante la sentencia limitada a menos de 39 años de prisión (456 meses por cuatro de los cinco cargos), se sabe que tiene un abanico de opciones para dar seguimiento jurídico a su caso y buscar más delante una remisión de la pena.
Primero no existe duda de que acudirá ante la Corte de Apelaciones. En esta última, ya no decide un jurado popular sino técnicos en Derecho, quienes se dedicarán a estudiar los agravios que exponga la defensa de García Luna y en ese tribunal emitirán una sentencia, modificando o ratificando la sentencia emitida por el juez Brian Cogan de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York.
Si en esa Corte de Apelaciones se encuentran pruebas inconsistentes o vencimiento de términos, pudiera darse una remisión parcial de la pena.
Pero aún después de este caso, existen otras instancias a las que puede acudir.
García Luna imploraba en una carta escrita de su puño y letra, la compasión del juez Cogan, convencido de que ante su culpabilidad solo podría aspirar a que le dictaran una prisión de 20 años cuando más le beneficiaría el dictamen.
Y lo peor hubiera sido, una cadena perpetua. Pero no fue así. Es evidente que si se cumple la condena, rebasaría los cien años de edad.
Pero si logra beneficios su sentencia podría reducirse. Es decir, esto aún no se acaba.
Al dictar su sentencia, el Juez le dijo a García Luna, palabras más, palabras menos: “Usted ha tenido una doble vida; puede vestir bien y estar convencido de que era respetuoso con la Ley; la verdad es que facilitó perpetrar cosas horribles; tuvo el mismo matonismo que el Chapo, Joaquín Guzmán”.
LA VERDAD es que Alí Camacho, uno de los fundadores del Partido Sonorense, cometió varios errores, entre ellos el traicionar a otro de los principales fundadores de esa organización política –Raúl González de la Vega-, tratando de “tumbarle” su diputación plurinominal y designando a la jovencita Camila Soto como su relevo ante los tribunales electorales… Al final del día y horas antes de instalarse la presente legislatura en el Congreso de Sonora, González de la Vega fue favorecido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y asumió su asiento… Y los errores continuaron… Recientemente, Camacho eliminó del consejo político del partido a su representante en el Congreso, así como a quienes manifestaron el apoyo al legislador… La consecuencia no se dejó esperar… González de la Vega anunció su renuncia al Partido Sonorense y por respuesta, Camacho se ha dedicado a atacarlo, acusándole incluso de haber dispuesto de recursos… El ahora “acusado”, dijo ayer ante la periodista Michelle Rivera que jamás había manejado un recurso… Y vendrá lo inevitable… El novedoso Partido Sonorense, el único respaldado por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, el hasta ahora único partido local que contendió y ganó seis presidencias municipales el pasado 2 de junio, se vendrá abajo… Los errores se pagan caro… Lo peor, anteponer los intereses personales y familiares en vez de buscar sumar y unir.
HOSPITAL CIMA anunció ayer su ingreso a la medicina y cirugía robótica… Es algo verdaderamente sorprendente… Intervenciones menos invasivas y la seguridad de éxito ante casos de pacientes que ya han sido intervenidos… Conocimos al robot “DaVinci-Xi”, adquirido por los directivos del hospital, a través del cual los cirujanos trabajarán… Y no hay vuelta de hoja, el futuro ya está aquí… Porque todas las operaciones un día más cercano que lejano, se realizarán a través de robots… Enhorabuena para el director de CIMA, Francisco Javier Gutiérrez Luken, el director médico, Gilberto Ungson, el conejero Roberto Mazón y al joven cirujano Alejandro Molina Romo, quien llevará a cabo las intervenciones robóticas en cirugías de corazón, con experiencia alrededor del mundo.