Hermosillo, Sonora; 17 de octubre de 2024.- Al ser el apoyo emocional de la familia un pilar fundamental en el proceso del tratamiento de cáncer de mama, la diputada Ely Sallard Hernández propone reforzar el programa de Atención Integral del Cáncer de Mama del Estado, para que las familias de los pacientes reciban atención psicológica.
La legisladora morenista explicó que se proponen reformas a la Ley Para la Atención Integral del Cáncer de Mama del Estado de Sonora, para que a través de técnicas y ejercicios psicológicos los miembros de la familia aprendan a expresar sus necesidades y puedan brindar el apoyo que la paciente requiera.
“El apoyo psicológico que recibirán los familiares permitirá que estos puedan reintegrarse emocionalmente a sus vidas cotidianas de manera más efectiva, lo que a su vez mejora el ambiente laboral y social en el que se desarrollan. Una sociedad con buena salud mental es una sociedad más productiva y cohesionada, capaz de brindar un mejor soporte tanto a los enfermos como a los cuidadores”, subrayó la diputada morenista.
Detalló que los beneficiarios del tratamiento psicológico son los cónyuges o parejas de hecho del paciente, los hijos sin importar la edad, padres, hermanos, y otros familiares que, debido a la cercanía emocional con el paciente, pueda requerir apoyo psicológico, previa evaluación de los profesionales de la salud.
Para acceder al programa, los familiares deberán presentar un documento que acredite la relación familiar directa con el paciente; certificación médica de la paciente; y la solicitud de apoyo acorde a los lineamientos establecidos por la Secretaría de Salud.
La atención psicológica podrá brindarse de manera presencial en las unidades de salud designadas o mediante modalidad virtual cuando las circunstancias así lo permitan, garantizando el acceso a todas las familias, independientemente de su ubicación geográfica; la duración será continua y se adaptará al progreso del paciente.
Cuando la intervención se trate en el proceso de duelo, los familiares recibirán el apoyo durante un período inicial de 12 meses tras el fallecimiento de la paciente, con la posibilidad de prorrogar dicho periodo según las recomendaciones de los profesionales de salud.