A semanas de que termine 2024, la inflación lleva cuatro años y medio por encima de 3%, la meta explícita que tiene el Banco de México (Banxico).
El Inegi dio a conocer que la inflación, también conocida como el impuesto de los pobres, fue de 4.5% en noviembre, después de alcanzar un pico de 8.7% dos años atrás debido a las interrupciones en la producción y distribución de bienes por la pandemia y eventos geopolíticos. La última vez que estuvo por debajo de 3% fue en mayo de 2020.
La más reciente encuesta que Citi aplicó a 34 bancos, casas de bolsa y grupos de análisis reveló que el consenso proyecta que la inflación despida 2024 en 4.4% y 2025 en 3.8%.
Signum Research es la institución más optimista, pues espera que el impuesto de los pobres acabe el próximo año en 3.3%. En el otro extremo, como los pesimistas se encuentran Banorte y Masari Casa de Bolsa, con previsión de 4.4% en ambos casos.
Para los analistas de Banorte, el fenómeno de “La Niña”, como se le conoce al enfriamiento anormal de las aguas ecuatoriales del océano Pacífico Tropical, generará distorsiones en los precios que se van a concentrar durante la primera mitad de 2025.
No obstante, en su opinión, la desaceleración económica global resultará en menores precios de energéticos, mientras que el menor crecimiento local llevaría a una reducción en las presiones de demanda, con mayor claridad en las tarifas de los servicios.
La proyección de Banorte ya contempla el impacto que tendrá el aumento de 12% en el salario mínimo del próximo año, al pasar de 249 a 279 pesos diarios, aunque reconocen que el proceso desinflacionario se mantiene sujeto a riesgos al alza, no pudiendo desestimar distorsiones adicionales en este frente si las condiciones en el mercado laboral o comercial cambian significativamente.
El gobierno federal anticipa que la inflación cierre 2025 en 3.5% y alcance el objetivo de Banxico de 3% en 2026, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica 2025 de la Secretaría de Hacienda.
Expertos de Banamex calculan que la inflación sea de 3.8% al final del siguiente año y, aunque también ya tenían contemplado el incremento de 12% en el salario mínimo, advirtieron que representa un riesgo al alza para su previsión.
La política de salarios mínimos del sexenio anterior incidió en la reducción de la pobreza y la administración actual plantea continuar con la política de aumentos, destacaron.
Sin embargo, comentaron, la brecha entre el salario mínimo y el promedio ha disminuido hasta ubicarse muy por debajo de lo observado en otras regiones, lo que puede ser señal de las limitaciones para la sostenibilidad de dicha política.
“Al mantener una política de incrementos al salario mínimo muy elevados están aumentando los riesgos de que se observen menores niveles de empleo o mayores presiones sobre los precios, e incluso ya hay cierta evidencia de esto en la economía mexicana”, explicaron en Banamex.
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