Ciudad de México.- La consolidación de diversos gasoductos, contemplados desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, no se ha logrado ante conflictos con comunidades locales.
La falta de los ductos que permitirán el transporte de gas natural frena el acceso a ciertas regiones y centrales de generación eléctrica o industria.
David Rosales, socio de Elevation Ideas, dijo que en la reforma energética de 2013 se logró incorporar los temas de consultas sociales para el desarrollo de proyectos.Cuando comenzó la ejecución de proyectos como los gasoductos, se observó que no era tan fácil por los diversos intereses que hay alrededor, aunado a que las empresas no tenían los elementos suficientes para lograr los acuerdos con las comunidades.
“En general, para la industria energética, el tema social siempre ha sido un tema; es por eso que la participación del Gobierno federal es crucial para desatorar algunos proyectos”, puntualizó en entrevista reciente.
Está el caso del gasoducto Tula-Villa de Reyes. Desde abril de 2016, TC Energía (antes TransCanada) recibió la adjudicación del proyecto por parte de CFE para su construcción.
Con una inversión estimada de 554 millones de dólares, se desarrollaría un ducto de 36 pulgadas de diámetro y 420 kilómetros de longitud, con lo que se permitiría el transporte de 886 millones de pies cúbicos diarios de gas natural.
El cual correrá desde Tula, Hidalgo, a Villa de Reyes, en San Luis Potosí, para interconectarse con los gasoductos de Tamazunchale y Tuxpan-Tula, de la misma empresa, y otros sistemas de ductos de la región.
La fecha prevista para la entrada en operación era 2022, pero no ha sucedido. En el portal de Proyectos México, con última actualización al 25 de noviembre de 2024, se muestra que el proyecto aún está en etapa de ejecución.
El freno es por la oposición de los habitantes de la localidad 16 de Enero, en Tula, quienes dicen que el proyecto pone en riesgo su vida porque es una zona en la que se han presentado explosiones por el robo de combustibles.
Otro caso es el Gasoducto Tuxpan-Tula, adjudicado en noviembre de 2015 también a TC Energía para proveer gas natural a centrales existentes y nuevas o por reconvertir de ciclo combinado en los Estados Veracruz, Puebla e Hidalgo, así como impulsar el suministro de la molécula a las regiones Centro y Occidente del País.
Este gasoducto será clave para alimentar a la central termoeléctrica de Tula, la cual se busca sea reconvertida a un ciclo combinado, según anunció la Presidenta Claudia Sheinbaum.
Tendrá una capacidad de transporte de 886 millones de pies cúbicos diarios, un diámetro de 36 pulgadas y una longitud de 276 kilómetros; para lo que se contempló una inversión de 500 millones de dólares.
Proyectos México también señala que el ducto está en etapa de ejecución.
En este caso, ejidatarios se oponen a la construcción en sus territorios porque implicaría un cambio en el uso de la tierra y ya no podrán usarlas para producción agrícola o ganadera.
También está el caso del gasoducto Sonora, obra desarrollada por Sempra (antes IEnova), y que contempla la construcción de dos segmentos, el Sásabe-Guaymas y el Guaymas-El Oro.
El segundo segmento, Guaymas-El Oro, tendría una longitud de 328 kilómetros, con un diámetro de 30 pulgadas, y capacidad de 510 millones de pies cúbicos diarios.
La operación se tenía contemplada para agosto de 2016, pero se ha visto envuelto en múltiples conflictos con la comunidad Yaqui, por lo que en el 2022 se acordó entre la CFE y Sempra un cambio de ruta para poder concluirlo, pero tampoco se ha consolidado.
“Problemas por todos lados hay, pero el Gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, es quien tiene los mecanismos para desarrollar las conversaciones adecuadas tanto a nivel local y municipal para facilitar las consultas”, puntualizó Rosales.
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