De Primera Mano. Por: Francisco Javier Ruíz Quirrín
COMO mexicanos bien nacidos, habrá que decir que la presidenta de México y su gobierno deben lograr el respaldo nacional, sin regateos, -por encima de colores e ideologías-, ante las agresiones y amenazas lanzadas por Donald Trump, un mandatario extranjero que busca intervenir en nuestro suelo.
Y es que podemos tener múltiples diferencias con la “cuarta transformación”, su inspirador Andrés Manuel López Obrador y su sucesora a imagen y semejanza, Claudia Sheinbaum, pero en tratándose de una confrontación internacional, nuestra solidaridad total deberá estar con nuestra presidenta, así como nuestra disposición a defender los colores nacionales.
Podría continuar un debate respecto al origen de la caótica situación nacional, un gobierno que motivó una extraordinaria inseguridad pública y una errática política en el tema de la migración, pero la llegada de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos nos ha puesto en este punto.
A fines de la década de los años cuarenta del siglo XIX, el gobierno de Estados Unidos decidió invadir México porque la respuesta de éste último ante una exigencia de anexar Texas –entonces tierra mexicana- a la Unión Americana, fue negativa.
Fue el inicio de la guerra que se perdió y que llegó a su fin luego de la firma de los tratados de Guadalupe-Hidalgo, por los cuales perdimos más de la mitad de nuestro territorio.
La bandera de las barras y las estrellas ondeó sobre palacio nacional en la capital de la república por más de seis meses, nos recuerda el historiador Juan Miguel Zunzunegui.
¿Que son tiempos y escenarios distintos? Es cierto, pero no podemos descartar que la historia se repite y que en aquella ocasión fuimos derrotados, porque la división entre nosotros mismos era ya una característica esencial de nuestro pueblo.
El “green-go” contaba con menos soldados que el ejército nacional, pero la unidad era inexistente y la guerra entre facciones no se detuvo.
En nuestros días, los mensajes de odio desde palacio nacional en los últimos seis años y cien días, han dividido al pueblo mexicano.
Hay quienes incluso piensan que sería muy conveniente que “el señor Trump haga algo para que se recobre la paz y la tranquilidad nacionales”.
Pero ante todo esto, ante el desastre moral heredado, se esperaba un llamado a la unidad de parte de la nueva presidenta, algo que jamás se dio. Hasta ahora.
A partir de las amenazas convertidas en realidad por parte de quien ha regresado a la Casa Blanca, han surgido no uno, sino varios llamados a la unidad nacional, comenzando por el de Claudia Sheinbaum.
La historia se repite y no podemos darnos el lujo de que, ante amenazas del extranjero, el exitoso odio alcanzado entre el pueblo por López Obrador y su sucesora –hasta antes de Trump- se ponga por encima del amor por la patria y el respeto a las instituciones del Estado Mexicano, independientemente de quien esté al frente del gobierno, lo que finalmente resultará algo transitorio.
AYER VISITÓ Hermosillo el auditor mayor de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), David Colmenares, quien fue atendido por el gobernador Alfonso Durazo, quien no perdió oportunidad para enviar el mensaje de que su gobierno se caracterizará siempre por la transparencia en el manejo de los recursos.
NO SE registran aún las deportaciones masivas de indocumentados anunciadas por Donald Trump… Hasta ahora, ha tenido que cruzar la frontera sur hacia México el número similar a lo que se ha presentado diariamente y desde hace muchos años… Las estadísticas indican que el demócrata Bill Clinton ha sido el presidente de los Estados Unidos con un mayor número de deportaciones, las que rebasaron los dos millones, entre connacionales y migrantes de otros países… Ironía, además, que los números históricos señalen que Trump ha sido uno de los presidentes que menos deportaciones ha alcanzado en su periodo en la Casa Blanca de 2016 al 2020, con poco más de 700 mil.
FERNANDO Rojo de la Vega no tenía ninguna necesidad de utilizar el sarcasmo al escribir en su cuenta de “X” respecto al caso de la empresa china en Agua Prieta… “… ¿Ya terminaron con su circo?”, expresó… La prudencia no es una de las cualidades de este muchacho, cuando “alguien” podría continuar echando gasolina a la hoguera y particularmente con él, quien –según informó el gobernador Durazo- debió renunciar a la representación legal de “Mainland Headware” al convertirse en secretario del Bienestar del Gobierno del Estado.