De Primera Mano. Por: Francisco Javier Ruíz Quirrín
EN LOS años ochenta, cuando era presidente de México Miguel de la Madrid, se pusieron de moda varios secuestros en la ciudad de México. En una ocasión una de las víctimas fue un niño el que fue asesinado a pesar de que su familia pagó el rescate exigido por los delincuentes.
El entonces titular de la Procuraduría General de la República, Sergio García Ramírez, fue llamado de inmediato a Los Pinos, la residencia presidencial. El titular del Ejecutivo Federal pidió al fiscal de la nación, investigar de manera personal y dar con los culpables de esos delitos que habían consternado a la sociedad: el secuestro y muerte de un inocente.
Transcurrió muy poco tiempo para que García Ramírez le ofreciera resultados al Presidente:
“Fue una pareja. El hombre había sido agente de la policía en el estado de Sinaloa”, informó.
Acto seguido, De la Madrid giró otra orden: “Quiero que personalmente corrobores que son los responsables. No quiero fallas”.
Solo horas después, el procurador cumplió con la orden presidencial y confirmó lo que había informado: Esa pareja había secuestrado y asesinado al niño.
El presidente de la república giró entonces la orden de que los delincuentes fueran llevados a Cuernavaca y en el trayecto le aplicarían la llamada “Ley Fuga”, es decir, que tengan la oportunidad de huir y pagar en el intento, con su vida.
¿Fue una acción dentro de la Ley? No
¿Por qué De la Madrid se atrevió a llevar a cabo tal acción?
La respuesta presidencial se escuchó desde Los Pinos hasta palacio nacional:
“Fue una razón de Estado”.
Y como por arte de magia, el delito del secuestro desapareció.
También en la década de los ochenta, Javier García Paniagua (padre de Omar García Harfuch), fue jefe de policía de la ciudad de México y en esa época se pusieron de moda los asaltos bancarios.
Ante ello, García Paniagua (hombre de muy pocas palabras) citó a una conferencia de prensa e hizo una declaración contundente: “He girado a nuestros elementos una sola instrucción: ¡Tiren a matar!”.
Desde luego, una declaración de ese tipo en nuestros días, iría acompañada de la renuncia del funcionario atrevido, pero hace 35 años, la aseveración del entonces jefe policíaco trajo por consecuencia, que los asaltos bancarios desaparecieran.
Ahora, hace unos días, un padre y sus dos hijos pequeños fueron asesinados en calles de Culiacán, la capital de Sinaloa, en donde sabemos, se vive –literalmente- una guerra… La autoridad justificó el crimen diciendo que se había tratado de un asalto y todavía el responsable de la seguridad en ese Estado, estúpidamente, culpó al adulto, víctima de las balas asesinas ¡porque traía los cristales polarizados en su vehículo!
La indignación popular fue tal, que Juan Pueblo tomó las calles exigiendo la renuncia del gobernador, Rubén Rocha Moya y dirigiéndose a palacio de gobierno, causaron varios destrozos al inmueble.
Algunas de las imágenes difundidas fueron terribles, porque se trataba de niños bañados en llanto, horrorizados por los hechos.
¿Además de burlarse de las y los ciudadanos sinaloenses y del país, qué más ha hecho la autoridad? ¡Nada!
Sin duda los tiempos son otros, pero es el colmo de los colmos la insensibilidad del gobierno federal y local que prefiere cubrir al gobernador Rocha Moya, porque es integrante de la “4-T” en vez de proteger a la sociedad.
Increíble. ¿Dónde han escondido a la justicia?
AYER FALLECIÓ el empresario Carlos “Kali” Rodríguez Pérez, un hombre que luchó toda su vida por alcanzar sus propósitos y puede decirse que con gran éxito… Pero más allá de eso, demostró con hechos que sabía ser amigo… Descendiente de una familia de transportistas, amplió sus negocios hacia la ganadería y más recientemente, junto con sus socios, había iniciado la adquisición del periódico “Tribuna” de Ciudad Obregón y sus “satélites”, “La voz del Puerto” y “El Informador del Mayo”… Gran parte de los años recientes los dedicó a fomentar una mesa de periodistas, a la que se llamó “Mesa Cancún”, cumpliendo con la función social de convertirse en una tribuna donde tenían cabida las voces de todas las ideologías… Descanse en paz el buen “Kali”… Gran amigo… Desde aquí nuestras condolencias a su familia y amistades.