En México, la tasa de participación femenina en la fuerza laboral sigue por debajo del 50 por ciento. Hasta el cierre de 2024, la participación de las mujeres fue del 46.4 por ciento. Es una brecha considerable. La participación masculina fue de 53.6 por ciento.
“No hay camino de igualdad en el mundo del trabajo. Tanto a nivel global como nacional la desigualdad laboral persiste. De acuerdo al Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) es del 35 por ciento, pero puedo asegurar que estamos por lo menos en 25 por ciento. La mayor parte de la economía informal está formada por mujeres”, dijo Mónica Flores, presidenta de ManpowerGroup LATAM.
En entrevista con El Sol de México, sostuvo que es fundamental medir la proactividad con base en datos y permitir que más mujeres accedan a oportunidades de desarrollo y liderazgo.
Refirió que el talento femenino en México se concentra en el sector terciario, en el comercio y servicios donde representan el 19.3 por ciento de la fuerza laboral, en comparación con el 18.8 por ciento de los hombres en estas mismas actividades.
La alta ejecutiva dijo con énfasis inclusivo: “Cerrar la brecha de género en sectores estratégicos no solo beneficia a las mujeres sino a toda la sociedad”.
En cuanto a la necesidad de incorporar a 18.6 millones de mujeres en 10 años para aumentar 6.9 billones de pesos al PIB, de acuerdo al IMCO dijo que “Sí, por supuesto. Somos un poco más las mujeres de la población global y podemos afirmar lo mismo de México. Sin embargo, sabemos que solo 4 de 10 están en la economía formal contra 7 hombres de cada diez”
“Eso hace obviamente un desbalance de lo que las mujeres generamos en seguridad social, fondos de retiro y contribuciones correspondientes a un empleo formal”.
“Esto se debe a muchos factores: Tenemos todavía una carga muy importante del cuidado de los niños, de la casa, de los padres, de los abuelos, todas las labores femeninas dentro del trabajo doméstico que no es remunerado y sin embargo, ocupa a veces hasta 40 horas semanales”.
“Además, el 13 por ciento de las mujeres hoy no tienen un puesto en la economía formal. La mayor parte de la economía informal, justamente está formada por mujeres”, afirmó.
Más mujeres en sectores de tecnología, ciencia, ingeniería y liderazgo no es solo un ideal sino una necesidad para el progreso, una vía para aprovechar todo el talento disponible en cada sector
Mónica Flores
Al preguntarle la razón de que esto suceda, comentó que se debe a que este tipo de empleos les permite acomodar su tiempo a sus otras ocupaciones familiares.
“Es importante destacar que en el sector público van mucho más avanzados que en el sector privado en México en el tema de inclusión de mujeres”.
“Ya el 33 por ciento de los puestos de mando superior en las secretarías de Estado federales son mujeres. También son la mitad de mujeres en el Congreso de la Unión. Ya tuvimos presidentas en las Cámaras de Diputados y Senadores. Tenemos Presidenta de la República. Tenemos muchas más mujeres en los puestos públicos de decisión, que en el sector privado”, reafirmó.
La especialista reconoció que sí se ha aumentado la participación femenina en los puestos operativos, pero no se ha podido hacer el cambio en la vuelta al timón en los puestos gerenciales.
¿A qué se debe esto?
“A varias causas: Un puesto gerencial o de decisión normalmente necesita más horas de trabajo y muchas mujeres asumiendo que les dan esta oportunidad dicen que no porque tienen mucha presión con sus otras obligaciones”.
“El 60 por ciento de las mujeres que están en edad de ser madres, están dispuestas a cambiar de empleo si les permite mayor flexibilidad. Es una de las grandes barreras”.
A su vez, explicó que la segunda barrera es que las mujeres no estudian carreras que el mundo del trabajo necesita, todo lo que tiene que ver con las carreras STEM, esto es Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, y las que cursan las mujeres no son las que se necesitan.
“Nos inclinamos por carreras como Psicología, más humanistas, pero en donde están los mejores salarios son en las carreras que no estudiamos. Solo 4 de cada 10 personas en carreras STEM son mujeres. Esto hace que de entrada, el salario sea menor, afirmó.
Mujeres tienen menores salarios que los hombres
Sobre la brecha salarial, Mónica Flores comentó que “hay cifras del IMCO que es de 35 por ciento, pero puedo afirmar que estamos por abajo por lo menos en un 25 por ciento en promedio. A medida que ascienden en la escala organizacional esta brecha se va ampliando. Los puestos operativos son más o menos los mismos, una resta que puede estar entre el 7 y el 12 por ciento”.
¿A qué obedece este fenómeno?
Mónica Flores indicó que A lo largo de la carrera profesional las mujeres son muy malas para pedir aumentos de sueldo, ya que ellas lo piden con base en resultados, mientras que los hombres con base en potencial. Eso hace que las mujeres hasta que no demuestren, no se atreven a levantar la mano para decir “necesito 20 por ciento más de sueldo”.
Un ejemplo: Cuando un hombre es papá, tiene un hijo, automáticamente pide un aumento y automáticamente se lo dan, porque se entiende que tiene más obligaciones. Pero cuando las mujer es madre, al contrario, le hacen el favor de no despedirla porque por ser mamá va a tener que pedir permisos”, explicó.
“Existe la creencia de que las mujeres somos más caras porque pedimos la licencia de maternidad, porque se piden permisos para ir al festival de los niños, porque tenemos que cuidar a nuestra madre, porque pedimos permisos por más días o más horas, cuando en realidad nos deberían ver no por horas-hombre sino por productividad y competitividad, reclama.
Luego de esto detalló el por qué las mujeres no son propensas a solicitar un aumento de salario.
“Muchas de las negociaciones donde las personas se ponen en el escaparate para sueldos, para promociones, para incentivos, es en las horas fuera de la oficina. Es mucho más común que en un restaurante para ir a ver el fútbol vayan los hombres con el jefe, a que una mujer vaya a ver el fútbol con los compañeros y el jefe”, reveló.
“Esos espacios sociales son muy buenos para generar la marca personal. Entonces, es más fácil que el hombre se promueva, se luzca, para futuras promociones. Esas redes que no construimos nosotras por falta de entrenamiento y por las obligaciones en casa, también obstaculizan un poco el ascenso en la liga profesional, indicó.
También dijo que el 25 por ciento de las mujeres en este país no tienen ingresos propios. Esto implica que para que una mujer salga de ese círculo de no dependencia económica es muy difícil.
“Porque todavía hace como 10 años, se decía que el 25 por ciento de las mujeres de México todavía pedíamos permiso para ir a trabajar. Pero cuando la mujer genera ingresos es un buen negocio para todos, porque que las mujeres gastamos más en educación y salud que los hombres”, subrayó.
Indicó que es un círculo vicioso que se tiene que superar. “La brecha salarial no disminuye porque aún las empresas están tarde para todas estas políticas, porque implica que, en algunos casos tengan que invertir para poder igualar los salarios”.
“Por tanto, las empresas que integren políticas de igualdad salarial, flexibilidad laboral y programas de formación en liderazgo para mujeres estarán mejor posicionadas para afrontar los retos del futuro y generar entornos de trabajo más equitativos y competitivos”, concluyó Mónica Flores, presidenta de ManpowerGroup LATAM.
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