En el puerto de Tampico se dio un fuerte golpe contra el tráfico de huachicol, con el aseguramiento de 10 millones de litros de diésel, así como de armas de distintos calibres y vehículos.
Elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) identificaron un buque que arribó al puerto de Tampico el pasado 19 de marzo. La información en documentos reportaba una carga de aditivos para aceites lubricantes.
Las autoridades revisaron el contenedor y encontraron que era diésel. Además, en la embarcación con huachicol, ubicaron dos armas cortas con cargadores abastecidos, 84 cartuchos de diferentes calibres y documentación diversa.
A partir de este momento se activó un operativo para desarticular las redes de tráfico de huachicol que operan en Altamira y Tampico. Personal de la Fiscalía General de la República (FGR), Guardia Nacional y Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se sumó para trabajar en tierra en el municipio de Altamira.
En un primer cateo a un patio de una empresa transportista se hallaron 10 millones de litros de diésel, 192 contenedores, 23 tractocamiones con remolque y seis tractocamiones sin remolque, tres camionetas tipo pick-up, equipos de cómputo y otros materiales. Todo quedó asegurado dentro del predio ubicado en Camino Antiguo a Medrano.
En un segundo cateo, realizado en el libramiento en el ejido Ricardo Flores Magón, aseguraron 18 cartuchos de arma corta y documentación diversa.
El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, aseguró que es un golpe histórico contra las redes de tráfico ilegal de hidrocarburo.
Marina asegura 320 kilogramos de presunta marihuana
Un nuevo decomiso contra la delincuencia organizada concretó el personal de la Unidad Naval de Protección Portuaria de Altamira.
Está semana aseguró un cargamento de hierba con características propias de la marihuana, pero no se reportó la detención de los presuntos responsables.
Los elementos revisaron un almacén del recinto portuario de Altamira, donde localizaron 96 paquetes de forma rectangular envueltos en cinta canela y plástico transparente con un peso aproximado de tres kilogramos cada uno, dando un peso aproximado de 320 kilogramos.
Los paquetes estaban ubicados en el interior de supuestos tablones de madera los cuales provenían desde Cartagena, Colombia, y se tenía información de que su destino final sería la República Dominicana.
El aseguramiento se logró con la inspección y detección de binomios caninos de la Armada de México y de la Aduana Marítima de Altamira, quienes detectaron el cargamento durante las inspecciones de rutina.