La Pequeña Dosis de Historia. Por: Dr. Joaquín Robles Linares
En nombre de la justicia se han cometido crímenes atroces, en la Alemania nazi el sistema judicial se transformó, se intentaba crear un nuevo régimen y para cristalizar los propósitos tiránicos era indispensable destruir el Poder Judicial.
Todo se subordinó al Führer, se promulgaron leyes y se constituyeron juzgados para procesar a disidentes, aplicando legislaciones que castigaban a los opositores, enarbolaban un programa odiosamente racista condenando a muerte a judíos y discapacitados.
En la noche soviética protagonizada por Stalin, se estableció un dogma jurídico irrebatible, contrario a la razón: “La Legalidad Socialista”, bajo esta premisa se redactó la Constitución de 1936, “La más democrática del mundo” se exaltaba, “un monumento de la sabiduría estalinista”, proclamaban.
Los juicios de Moscú celebrados entre 1936 y 1938 condenaron al paredón a antiguos camaradas que habían ayudado a encumbrar al líder, considerados entonces una potencial amenaza para “El Padre de los Pueblos”, como pomposamente se le denominaba a Stalin.
Aquella Constitución traducida y difundida con el título de Un Pueblo Feliz, había fundado una burocracia judicial inquisidora y se había transformado en el mecanismo para cometer todo tipo de venganzas y crímenes.
En la España franquista el nacional-catolicismo imperaba, todo se encontraba atado al ideario del Caudillo, sus adeptos consideraban a España la reserva moral y católica de la humanidad, “El Vigía de Occidente” lo calificaban con endiosamiento los zalameros de siempre.
Un juez del pueblo de Pozo Blanco en España, rechazó una demanda de divorcio, se opuso a disolver el compromiso ya que este había sido sellado por Dios, el amasijo entre religión, ideología y Estado producen estos absurdos.
México ha dado una salto al totalitarismo, los tribunales estarán sometidos al Ejecutivo, por encima de este engendro que nos hereda la represalia obradorista, estará un Tribunal de Disciplina Judicial y sobre todo, la fuerza absolutista presidencial.
La carrera judicial garantizaba independencia, indispensable en una democracia, hoy todo lo destruyen con el propósito de satisfacer al megalómano, adueñándose del último poder autogobernado.
Hemos conocido sus alcances al controlar el INE y al Tribunal Electoral Federal, se apropiaron de un número de legisladores que no les correspondía, también sabemos de su carácter persecutorio, un juez a modo mantuvo en la cárcel a una ex funcionaria fabricándole un delito. La contienda electoral de las ministras morenistas toca lamentables ridículos, violando las disposiciones y el decoro que se espera de alguien que aspira al mayor cargo judicial, una mala broma que tendrá consecuencias funestas para la República.
En los regímenes que el Poder Judicial se encuentra bajo el dominio del Ejecutivo, los jueces son usados para legalizar la corrupción, proteger a los oligarcas afines y perseguir a los opositores.
El futuro es adverso, aunque lo intenten justificar como un acto de democracia, los regímenes expuestos lo hicieron así y los resultados fueron fatídicos.
El resumen de los Juicios de Núremberg lo comprueba: “El puñal del asesino se oculta bajo el manto del jurista”. “Con estas palabras, el Tribunal en el mes de abril del año 1949, emitió un dictamen sombrío y preocupante: Los abogados son capaces de cometer crímenes horribles, que se extiende incluso hasta el asesinato en masa, aun cuando sean vistas como actuaciones jurídicas realizadas dentro de un contexto de funciones normativas consideradas legales” (1).
Esta simulación electoral judicial será el punto final para arrogarse el poder indefinidamente.
Como todas las tiranías presumirán cínicamente que somos “un pueblo feliz”. (1) La normatividad Nazi a la luz de los principios elementales del Derecho. La Crisis del Positivismo. Dr. Eduardo Javier Jourdan Markiewicz, Poder Judicial de la Provincia de Misiones, Argentina.