Mi gusto es… (o la otra mirada). Por: Miguel Ángel Avilés
Supondré que al igual que ahora, también, antes de ese 29 de noviembre de 1913, fecha de su inauguración tras librar contratiempos muy propios a causa de la Revolución Mexicana, los habitantes de esta capital, se preguntaban cuándo fregados abriría sus puertas el mercado municipal.
Pero el momento llegó, como todo llega y este lugar se abrió para que el pueblo bueno y sabio acudiera, festivo y se diera vuelo consumiendo lo que se ofrecía, mientras en el país iniciaba una revuelta que a la postre traería consigo una de la tan profundas transformación que ha gozado este país.
Ocurrió no sin tener que mediar con los que se oponían al diseño inicial del mercado, que, según las crónicas de entonces, estuvo a cargo del ingeniero Felipe Salido.
La inconformidad del pueblo bueno y sabio, no era porque le hubieran arrancado un área verde para poner adoquines o porque no aparecían unos columpios que semanas antes ahí estaban o que hombres barbados de la profecía esperada, no querían abandonar la costumbre de protestar por algo, así sea contra el espejo por estar tan feos, sino porque era una construcción no muy funcional, más bien algo cuadrada con puertas y ventanas en arco, un estilo que no cumplía con los modelos estéticos de entonces, a decir de los Connaisseur, los art architectural que nunca faltan pero solo para cuestionar, porque a la mera hora del jale no le entran.
Por ese motivo se contrató a don Manuel Millanes para encabezar una remodelación sobre lo apenas construido que incluyó la instalación de una fuente central y otras cositas que más o menos los dejó contentos y ahora sí, abran sus puertas, señores que a tomar café con pan se ha dicho y de esta forma, de aquí pal real, YO, mercado municipal de Hermosillo ‘José María Pino Suárez’, tocado de otros que hay en la mexican republic me declaro listo para entrar en operaciones hasta que el cuerpo de varillas y concreto aguante.
II
Los mercados municipales, tal y como los conocemos ahora, pero sin café de talega o menudo o unos tamales o molletes o un desayuno según la ocasión o huevo al gusto (del cocinero), el lugar o la región del momento, tienen un origen histórico que se remonta a las ferias y plazas de los mercados de antaño lo que equivale a un montón de noches con sus lunas y puede que más.
III
En resumen, los mercados municipales son lugares de comercio donde se venden diversos productos, principalmente alimentos y bienes de consumo, y que son administrados por los ayuntamientos o gobiernos locales.
Estos mercados son muy importantes para la economía local, porque ofrecen productos frescos y de temporada, y aparte contribuyen a la cultura y la identidad de las comunidades.
Si no me creen, al llegar a una ciudad o en la suya propia, lleven a cabo lo que me parece es lo mínimo que debemos de realizar a ir de visita o disfrutar a la buena en lugar donde vivimos: ir o conocer la catedral por dentro y por fuera, visitar la cantina más tradicional y famosa de la localidad, no la más elegante y echarse unos vasos bien helados al compás de una buena plática con los concurrentes o en la barra con el cantinero y por supuesto, madrugar al mercado municipal, tomar un buen café y dejarse querer con todo lo que ofrecen.
La primera vez que fui a uno sería allá a principios de los años setenta y se trataba del Mercado Bravo en el puerto de Ilusión y siento que desde esa fecha no salgo de este. Iba con miapá y nos disparaba unos jugos naturales de naranja que servían en unos vasos de vidrio en forma de cono y me gustaban mucho.
Cuando vuelvo, es para ir a ese mismo en donde en tiempos recientes habrían de extrañar mucho al doctor Arturo Meza’ porque se fue al cielo y a donde va mi ahijada la Gaby a comerse unas empanadas o de frijol o también acudo al Madero a comerme unos burritos de carne deshebrada o al Olachea a donde iba miama porque estaba cerca de la casa y en donde venden frente a él los mejores tacos de pescado de la región.
Es que al fin de cuentas los mercados son lugares de encuentro y socialización para los habitantes, contribuyendo a la cohesión social. Pa acabar pronto: son espacios donde se finge menos.
Hagan de cuenta el mercado de Trujano, el más viejo dicen y el primero en estar cerrado o con techo, sin saber hasta ahorita si se goteaba o no o si era pista y alcoba para cuanta paloma llegara.
Estaba en Roma y era un gran complejo de edificios comerciales y administrativos, construido entre el 100 y 112 d.C., que funcionaba como un centro comercial cubierto y de gran tamaño.
Se organizaba en seis plantas con un montón de locales comerciales, donde se vendían productos de todo el Imperio Romano, incluyendo sedas, especias, frutas y pescado fresco.
Ignoro si fuera, o alrededor vendían chiltepines o nopales o ponteduros o salsas o bolsitas de uvas sin semilla o queso cocido pero supongo que era bonito y algún día se le dio una manita de gato o le dieron.
En México, el mercado como tal fue el de Tlatelolco que estaba en dicha, fundada hacia el año 1337, convirtiendose en la sede del principal mercado que abastecía a la población mexica de todos los productos que en aquella época podían existir.
En cuanto a un mercado municipal como tal me parece que erróneamente se dice que fue el mercado de Tlaxcala, inaugurado en enero de 1920.
IV
Aquí en la capital sonorense, lo esperado ya está aquí y el inmueble con más de 110 años, o sea el Mercado Municipal José María Pino Suárez será entregado a sus locatarios este lunes después de ser objeto de una remodelación integral en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que incluyó renovación de instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias, restauración de bóvedas, techos y fachadas, así como modernización de áreas comerciales y gastronómicas.
Si puedo, ahí andaré de mirón, pero no seré yo quien pegue de gritos como lo hicieron algunos parroquianos en aquel 1913 cuando la obra estuvo a cargo del ingeniero Felipe Salido.
No, porque esta remodelación tuvo al frente y fue encabezada como responsable de la misma, el ingeniero Benito Pérez y creo que es un profesional de la construcción y una persona honesta.
Ya será en los próximos días cuando el público en general tenga acceso y de igual forma como lo seguimos haciendo en los locales alternos en tanto los trabajos concluyan, así volveremos todos sus feligreses ya sea con el Julio, o sea con la Magui o doña Elvira o con El Gera, o sea con don Cele y volveremos a ser la gran familia.
V
Porque es el templo que consagra a la memoria. Porque toda ciudad guarda lo que una vez fue, para que siga siendo: La sangre muerta que ayer pasaba, el arcoiris de frutas que, todos los días, Eva regresa a buscar para volver eterno su pecado. Las viandas que se retuercen en ese mar que hierve. Las voces que han envejecido diciendo lo propio. El ato de perfumes que arrean las especies. La gula que vale una desobediencia. Los cuerpos descuartizados de esos animales que son nuestro espejo. Es aquí donde se sientan a beber café los que le apuestan al cielo o al infierno. Somos nada, somos todo, pero fingimos menos. Aquí, por este pasillo que resucita cada día,está toda la ciudad. Todo pasado y todo presente. La vida, la muerte y todo lo que pasa por en medio.