Cd. de México.- El aumento de aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos, podría generar un impacto mayor a 6 mil 289 millones de dólares, dependiendo del contenido metálico de cada autoparte, estimó la Industria Nacional de Autopartes (INA).
Julio Galván, gerente de estudios económicos de INA, detalló que dicha cifra se calculó después de desagregar el costo del aluminio y acero que, contenidas en las autopartes, se exportaron hacia EU en 2024 y que en conjunto sumaron 12 mil 577 millones de dólares
“El valor del aluminio que Estados Unidos importó desde México en 2024, fue 11 mil 959 millones de dólares.
En la parte de acero, se importaron 618 millones de dólares”, expuso.
Detalló que esos 12 mil 577 millones de dólares, representaron 14 por ciento del total de las exportaciones de autopartes a Estados Unidos en 2024.
“Pero esto dependerá del porcentaje del acero y del aluminio incorporado en cada autoparte”, advirtió.
Añadió que 59.54 por ciento de las importaciones de acero y aluminio que ingresan a Estados Unidos a través de autopartes, provienen de México y Canadá.
“México representa el 38.99 por ciento, Canadá el 20.55 por ciento, seguido de China, Corea del Sur y Japón”, expuso.
Ante ello, señaló que la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de elevar del 25 al 50 por ciento los aranceles a las importaciones de productos derivados del acero y aluminio provenientes de México, en el marco de la Sección 232 de su legislación comercial, impacta principalmente y con mayor fuerza a los fabricantes mexicanos de autopartes.
Según la INA, ambos productos son insumos esenciales para producir componentes críticos como motores, estructuras de carrocería, sistemas de frenos, arneses, módulos de seguridad, entre otros.
También advirtió que el aumento en costos afecta de manera inmediata el cumplimiento de los tiempos de entrega bajo esquemas de producción “just in time”, lo que comprometerá la continuidad operativa de toda la cadena automotriz norteamericana.
Asimismo, impactará la competitividad de la industria mexicana de autopartes, y a la estabilidad de las cadenas de suministro altamente integradas en América del Norte, afectando la producción de vehículos en toda la región.
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