En México, 39.8 millones de personas, 81 por ciento de la población ocupada, carecen de trabajo digno y otras 21.5 millones en edad de laborar, 18.1 millones de ellas mujeres, se encuentran excluidas del empleo, de acuerdo con Acción Ciudadana Contra la Pobreza (ACCP).
Al relanzar su plataforma Observatorio del Trabajo Digno, indicó que la primera categoría incluye a quienes cuentan con empleo pero no con un ingreso insuficiente y a quienes no disponen de seguro social.
La segunda incluye principalmente a mujeres que no acceden al mercado laboral por realizar tareas de cuidado.
De las personas en situación de precariedad laboral, sin trabajo digno, 32.9 millones perciben salarios insuficientes para adquirir la canasta básica, 35.1 millones no cuenta con seguro social, 18.6 millones no tiene contrato estable, 33.1 millones no están afiliadas a algún sindicato y 14.4 millones laboran más de 48 horas a la semana.
La proporción de quienes no perciben un salario suficiente, 67 por ciento de la población ocupada, advirtió Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la ACCP, es superior al la del inicio de la pandemia de Covid-19. En el primer trimestre de 2020, apuntó, se ubicó en 62 por ciento.
“El trabajo en México se convierte en una fábrica de pobreza para millones de personas, cuando debiera ser la puerta de salida, por los bajos salarios, los llamados trabajos ‘informales’ que en realidad son trabajos sin derechos y sin acceso al seguro social, pues muchos empleos carecen de medios de defensa que son su derecho: la contratación estable, la negociación colectiva y la afiliación sindical”, remarcó en videoconferencia.
En tanto, advirtió, la exclusión laboral produce también pobreza pero “no se ve”.
Confundir la desocupación con el desempleo, subrayó, minimiza el problema.
El desempleo completo, explicó, suma 6.7 millones de personas, incluyendo a quienes se encuentran disponibles para trabajar.
En tanto, otras 14.8 millones de personas,14 millones de ellas mujeres, no pueden acceder al mercado de trabajo por estar ocupadas en labores de cuidado.
“Estas dos situaciones producen pobreza porque reducen el ingreso del hogar, así como la posibilidad de afiliación al seguro social”, apuntó Gómez Hermosillo.
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