El legendario Ozzy Osbourne, junto a su icónico grupo Black Sabbath, se despide de los escenarios en un concierto que marca el fin de una era. Este sábado, el estadio de fútbol de Aston Villa en Birmingham, Inglaterra, se convierte en el epicentro del heavy metal, albergando el espectáculo “Back To The Beginning”. Con una asistencia de aproximadamente 40 mil personas, el evento no solo celebra la música, sino también el legado de una banda que ha vendido más de 75 millones de álbumes en todo el mundo.
La expectativa por el concierto fue tal que las entradas se agotaron en apenas 16 minutos. Sin embargo, millones de fanáticos tendrán la oportunidad de seguir el evento en línea, asegurando que el impacto de esta despedida trascienda fronteras. Birmingham, la ciudad que vio nacer a Black Sabbath en 1968, se convierte en el escenario perfecto para este adiós, un lugar que, según Sharon Osbourne, significa mucho para Ozzy y su legado musical.
El regreso de Ozzy Osbourne a los escenarios es especialmente emotivo, ya que el artista ha estado alejado de la música desde que en 2020 reveló su diagnóstico de Parkinson. A sus 76 años de edad, “El príncipe de las tinieblas” se une a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward para ofrecer una última actuación en su ciudad natal, un evento que promete ser inolvidable para los asistentes y para la historia del rock.
El concierto no solo cuenta con la presencia de Black Sabbath, sino que también reúne a otras bandas legendarias como Metallica, Guns N’ Roses, Tool, Slayer y Anthrax. Jared Higginbotham, un fanático de 34 años de edad, que viajó desde Texas, Estados Unidos, junto a su novia, expresó su emoción a AFP: “va a ser el mayor concierto de metal de todos los tiempos”.
Este sentimiento es compartido por miles de asistentes que consideran este evento como un hito en la historia del heavy metal. Además de ser un espectáculo musical sin precedentes, el concierto tiene un propósito benéfico. Todo lo recaudado se destinarán a organizaciones como Cure Parkinson’s y el Hospital Infantil de Birmingham, demostrando que el legado de Ozzy Osbourne y Black Sabbath trasciende la música, impactando positivamente en la comunidad.