El gobierno de Estados Unidos informó el lunes que impondrá un arancel del 17% a la mayoría de los tomates frescos procedentes de México, después de que concluyeron las negociaciones sin llegar un acuerdo para evitar el impuesto.
Los defensores de la medida aseguraron que el impuesto de importación ayudará a reconstruir la menguante industria del tomate en Estados Unidos y garantizará que los productos consumidos en el país también sean cultivados en suelo estadounidense. Actualmente, México cubre alrededor del 70% del mercado del tomate en Estados Unidos, en comparación con el 30% de hace dos décadas, según Florida Tomato Exchange.
Pero los opositores, incluidas las empresas estadounidenses que cultivan tomates en México, señalaron que el arancel aumentará el precio de los tomates frescos para los compradores en Estados Unidos
El Departamento de Comercio de Estados Unidos declaró a finales de abril pasado que se retiraba de un acuerdo firmado con México en 2019 para resolver las acusaciones de que el país exportaba tomates a Estados Unidos a precios artificialmente bajos, una práctica conocida como dumping.
Como parte del acuerdo, México tenía que vender sus tomates a un precio mínimo y cumplir con otras reglas. Desde entonces, el pacto ha estado sujeto a revisiones periódicas, pero ambas partes siempre alcanzaban un acuerdo para evitar la implementación de aranceles.
Al anunciar su salida del Acuerdo de Suspensión del Tomate, el Departamento de Comercio dijo que había “recibido una enorme cantidad de comentarios” de productores de tomate estadounidenses que querían mayores protecciones contra las importaciones desde México.
Pero otros, incluida la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la Asociación Nacional de Restaurantes, habían instado al Departamento de Comercio a llegar a un acuerdo con México.
En una carta enviada la semana pasada al Secretario de Comercio Howard Lutnick, la Cámara de Comercio y otros 30 grupos empresariales dijeron que las empresas estadounidenses emplean a 50,000 trabajadores y generan 8,300 millones de dólares en beneficios económicos al mover tomates desde México hacia comunidades de todo el país.
“Nos preocupa que retirarse del acuerdo —en un momento en que la comunidad empresarial ya navega una significativa incertidumbre comercial— pueda llevar a acciones de represalia por parte de nuestros socios comerciales contra otros productos y cultivos que podrían crear mayores dificultades para las empresas y consumidores estadounidenses”, decía la carta.
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