Hermosillo, Son. La Arquidiócesis de Hermosillo instaló un “buzón de paz” en la catedral metropolitana, en apoyo a colectivos de rastreadoras y madres buscadoras de personas desaparecidas en Sonora, como una iniciativa que busca canalizar mensajes anónimos de apoyo, oraciones y posibles denuncias que puedan contribuir en las labores de localización.
Martín Hernández, párroco de la catedral, explicó que el buzón funciona como una herramienta de empatía y respaldo para mujeres que dedican su vida a rastrear a sus familiares ausentes.
“La idea es dejar mensajes de paz y fortaleza hacia las buscadoras, y también si hay alguna denuncia anónima de algún desaparecido, va a ayudar mucho”, expresó el sacerdote.
El buzón ha recibido cartas de apoyo y plegarias escritas por ciudadanos que visitan el templo. La propuesta surgió como un plan piloto en la catedral, con la intención de replicarse en otras parroquias de la arquidiócesis, ubicadas en comunidades como Bahía de Kino, Ures, Magdalena y la Costa de Hermosillo, mediante la pastoral diocesana.
Cecilia Flores Armenta, fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, agradeció la iniciativa y destacó la importancia de que la Iglesia Católica se involucre activamente en el acompañamiento a las familias de personas desaparecidas.
“Esto es algo que no había hecho nadie. Que la Iglesia se sume y dé seguimiento al tema es para nosotras una bendición; saber que no estamos solas nos fortalece”, puntualizó.
La arquidiócesis ha distribuido un folleto entre los feligreses en el que invita a escribir mensajes de aliento en papel, de manera anónima, y a comprometerse con acciones concretas como asistir a convocatorias de búsqueda, compartir fichas de personas desaparecidas, apoyar a los hijos de víctimas y evitar revictimizar a las familias.
El documento también aclara que no existe un patrón único en los casos de desaparición, aunque se ha observado que la mayoría de las víctimas son hombres jóvenes entre 15 y 30 años. Incluso apunta que algunas personas localizadas han revelado haber sido obligadas a realizar trabajos forzados.