La Pequeña Dosis de Historia. Por: Dr. Joaquín Robles Linares
“Para Torres Bodet el problema de la educación, ya fuera en México o en otras partes del mundo, no consistía tan sólo en enseñar al pueblo a leer y escribir. Era parte de la batalla mundial por la paz, la democracia y la justicia”. (Sonja Karsen, Ensayos Contemporáneos Sobre Jaime Torres Bodet. UNAM, 1976).
La designación en 1943 proyectaría a Jaime Torres Bodet (1902-1974) como el secretario que transformó la educación en México. El analfabetismo ahogaba al país.
De trayectoria singular: funcionario, escritor y diplomático, soporte de Contemporáneos, revista que aglutinó a brillantes escritores y publicación necesaria para comprender aquella generación.
Su obra sería de tal calado que de 1958 a 1964 es nombrado por segunda ocasión secretario de Educación. Su esfuerzo estuvo lleno de logros, entre ellos los Libros de Texto Gratuito.
La política educativa del actual sexenio se define por una ideologización banal, una desenfrenada mediocridad y un ánimo destructivo. La deserción escolar en los grupos vulnerables es evidente y se intenta con demagogia enmascarar los desatinos. Se superó la pandemia y, a pesar del tiempo transcurrido, las autoridades siguen ausentes:
“El resultado mostró un escenario complejo: 45% de las niñas y niños beneficiarios del programa social Prospera, cancelado por órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador, no pudieron continuar sus estudios y tuvieron que abandonar la escuela durante la emergencia sanitaria”. (La escuela, vetada para los indígenas en México: cuatro de cada 10 no acuden a clases, Carlos S. Maldonado, El País, 17 de marzo 2025).
La debacle será la educación y el responsable es un secretario sin antecedente profesional en la materia, quien se caracteriza por su oportunismo y frivolidad. Muestra de esto fue su cuestionado paso como secretario de Finanzas de la Ciudad de México y copartícipe del fracaso de la Línea 12, muy alejado de los atributos que debe tener alguien comprometido con la enseñanza.
El régimen ha favorecido a un sindicalismo enajenado y ha convertido a la institución en un rehén de los incompetentes, afectada por las ambiciones desbordadas de presuntos líderes que chantajean a las autoridades, colapsando las ciudades en lugar de ocupar las aulas.
El secretario vacaciona por Europa mientras las escuelas se arruinan esperando un mejor presupuesto, con instalaciones deterioradas y en las cuales el incremento asignado es raquítico, en términos reales menor que el anterior y escaso para las dimensiones del problema.
En una declaración del secretario al firmar un convenio de colaboración entre la SEP y la Federación Mexicana de Futbol, propone “meterle gol al analfabetismo”:
“Convertirnos en territorio libre de analfabetismo es un reto de dimensiones nacionales, será un logro de proporciones históricas que va mucho más allá de las estadísticas, esto es abatir con hechos la desigualdad real entre las y los mexicanos, que cada libro abierto sea un remate a gol, que se abra hacia un México más justo, próspero e igualitario”.
Esta expresión refleja la insensatez del funcionario con la que pretende enfrentar el grave rezago, a diferencia de Torres Bodet, que instrumentó un proyecto contundente para combatir el analfabetismo.
Una estructurada campaña de alfabetización, un programa de construcción de escuelas y un sistema intensivo de capacitación magisterial: en dos años, un millón y medio de mexicanos vencieron este lastre.
La entrega por la educación es mucho más que una tarea administrativa o política; Torres Bodet fue muestra de esta convicción:
“Cada hombre vive para los otros y por los otros, pues cada acto que realiza como individuo no es nunca suyo exclusivamente. Es de todos los que tuvieron confianza en él”. (Equinoccio. 1974, Ed. Porrúa).