El director general de Tesla otorgó a Samsung Electronics un contrato por 16 mil 500 millones de dólares (mdd) a ocho años para fabricar la próxima generación de chips de inteligencia artificial personalizados para la automotriz. Es el mayor acuerdo que la empresa surcoreana ha conseguido con un solo cliente.
Samsung necesita una buena noticia. Ha tenido resultados decepcionantes en varios trimestres. Se quedó rezagada en la producción de memoria de alto ancho de banda, clave para cargas de trabajo de IA usadas por Nvidia y demás, perdiendo terreno frente a su competidor local SK Hynix. Su negocio de fundición de chips apenas tiene relevancia frente a su rival taiwanés: TSMC controla el 67.6 % del mercado, mientras Samsung apenas llega al 7.7 %, según datos de TrendForce.
Las plantas de chips dependen de un ciclo virtuoso: más clientes mejoran los rendimientos; mejores rendimientos generan mayores beneficios y permiten reinversiones. Hasta ahora, la fundición de Samsung ha ido justo en dirección opuesta.
La nueva planta en Texas, beneficiaria de la Ley de Chips y Ciencia de EE.UU., no ha demostrado su potencial aún; corría riesgo de convertirse en un elefante blanco. Sin embargo, los inversionistas, que ya habían impulsado el precio de la acción en casi un tercio este año por expectativas de recuperación, la elevaron otro 6.4 % tras el anuncio del contrato con Tesla. Según reportes, también subieron más del 6 % y acumulaban una ganancia del 31 % anual.
A pesar del optimismo, el impacto real del contrato es limitado: equivale a 2 mil mdd al año, lo que representa apenas tres días de ventas para una compañía con ingresos proyectados de 230 mil mdd anuales, según S&P Capital IQ.
Aunque laborioso, el acuerdo ofrece ventajas estratégicas: da visibilidad a Samsung ante otros clientes importantes y permite transferencias de experiencia operativa, ya que Elon Musk planea involucrarse directamente para optimizar la producción.
En resumen, Tesla ha apostado fuerte por Samsung con este contrato de 16 500 mdd para fabricar sus chips de inteligencia artificial, marcando un hito para ambas compañías: para Tesla, avanzar en sus capacidades autónomas; para Samsung, una oportunidad para revitalizar su división de fundición.