Más de 50% de los migrantes deportados en los últimos tres meses por la frontera de Arizona con Sonora, México, llevaba de seis a 30 años viviendo en Estados Unidos, y al menos 40% dejó en ese país a un familiar cercano, documentó la organización Iniciativa Kino para la Frontera (KBI).
En su informe No me dejaron decir adiós, lamentó cómo las políticas migratorias de EU “perturban” a las familias y comunidades establecidas. Las condiciones de detención son inseguras al momento de la deportación, dijo, pues múltiples testimonios reportaron negligencia médica, hacinamiento, exposición a humo tóxico y trauma emocional en los centros de reclusión.
Dichos abusos, detalla, se ven exacerbados por la falta de supervisión adecuada y la presión para enjuiciar a las personas por su primera entrada ilegal a EU, lo que conduce a tiempos de detención más largos.
“Las deportaciones son impulsadas tanto por la colaboración de las fuerzas del orden locales como por operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE): el 33% de las deportaciones inician con una detención de las fuerzas del orden regionales o estatales, y casi la mitad provienen de operaciones directas de ICE, generalmente en áreas públicas como las calles y juzgados”, advierte.
Además, 57.2% de las personas deportadas vivían en Estados Unidos al momento de su detención y el estudio apuntó que muchas tienen raíces en sus comunidades, incluyendo hijos, cónyuges y otros seres queridos nacidos en ese país
www.eluniversal.com.mx