Mi gusto es… (O la otra mirada). Por: Miguel Ángel Avilés
Son iguales, pero con otro nombre para que se crea que le están ofreciendo algo distinto.
Pero nomas se trata de revocar a la gata para hacer creer que no es la misma, pero lo es.
Quien engaratusa lo sabe, pero finge lo contrario y su discurso tiene el propósito de convencer al otro o a los otros de que su producto o su propuesta o su slogan o su forma de operar o su manera de vencer a la competencia, es diferente y que también lo serán cuando reemplacen a los que deseaban desplazar.
Quien engaratusa y lo sabe, hace todo lo posible por aguantarse la risa, frente a los ilusos a quien convenció para que lo sigan y los lleva hacia el lado opuesto, en donde nadie puede hablar con su batallón de engañados, porque se corre el riesgo de que alguien llegue y les quite la venda de los ojos para que mire que uno- él que llega – y otro – el desplazado – son una y la misma cosa o en un descuido, estos pueden ser igual de malos o peorcitos.
Nomás que te conquistan con el verbo y te dicen que lo que probaras ahora, es tres veces mejor que eso otro que te comías y que te hacia tanto daño, en tanto que ahora, esto te nutrirá y de paso te convencerá que lo otro era basura, mientras que lo de hoy es la neta del planeta y si o sí debes de probarlo.
Mucha gente cae y, sin pensarla tanto ni haciendo reflexión alguna, sobre lo que comen o adquieren, corren para sumarse a la cola y ser uno más de los que se llevan al baile.
Pero sucede que a la hora de actuar y ponerte frente a ti lo que harán no es otra cosa más que los otros hacían pero con otro nombre.
Cuanto engaño, piensa uno y se aparta, pero atrás de ti hay cuatro o cinco o más que también, ilusos e ilusionados, reservaron lugar y creyéndolo todo, antes que analizar, comparar, recordar, preguntar, señalar, cuestionar, investigar, aceptan que les sirvan un platillo emperifollado como no lo podían tener antes nunca jamás y aceptan lo que les puedan ofrecer no lo que ellos quieren.
Para fortuna no es el cien por ciento y hay quienes todavía se dan cuenta que alguien los choreó y alzan la voz, pero ya para entonces, tenemos a una mayoría seducida y fascinada comiendo del plato de quien les juega el dedo en la boca.
Estos últimos lo saben y de alguna manera están en todo su derecho de hacerlo sobre todo aquellos que viene casi desde la clandestinidad en un barrio perdido en la periferia a donde solo acudían unos cuantos para probar y ver si era cierto eso que les decían.
A la vuelta de los años, después de recibir tantas derrotas, de no contar con un peso para mantener la lucha y estar a punto de desaparecer, dan con la formula o pegan el golpe de suerte que los lleva ahí en donde otros estaban.
Con pocos años de haberse constituido, que para ellos fue un siglo, tienen a un mundo de gente con ellos y la popularidad que mantienen es la respuesta cuando le dirigen una crítica.
Parece que el sacrificio ha valido la pena.
De tener media docena de simpatizantes, hoy se cuentan por montones.
De contar con un localito , cuya renta era pagada entre todos, hoy cuentan con algo mucho mas amplio en tanto que sus competidores, se rezagaron y otros hasta desparecieron.
Esto merece un aplauso y un reconocimiento.
Nomas no digan que son distintos
No, porque si bien es valido que la comida casera puede volverse gourmet mediante técnicas que engrandecen sus características y su presentación, así como con ingredientes de mayor calidad, y la incorporación de condimentos y especias distinto, el origen son las recetas tradicionales que nos hacia en casa cuando niños pero ahora llevan otro nombre, mas acá, mas apantallador, algunos hasta impronunciables pero que dan caché y al salir de ahí de ese lugar, corres a presumirle a tus amigos que comiste tal o cual platillo, con pronunciación de por medio, aunque bien sepas que te dieron unos trozos de carne al pastor o un caldito de pollo como el que te dama tu mamá cuando te pegaba el dengue pero mas espesito.
Seguro no me creen, pero lo sostengo: son los mismos.
Si, son los mismos platillos nomas que servido en plato que no está despostillado ni te lo comerás bajo la sombra de una mata de guamúchil o en el corredor de tu casa y aquí te lo presentaron como Bone Marrow, al eneldo, pero no es mas que unos huesos con tuétano bien acomodaditos uno sobre otro, con un puñito de especies, al que ya no le tienes que soplar para que salga como cuando te servían cocido y ese pedazo de médula caía en una tortilla y luego te la zampabas sin rubor alguno.
Cosecha temprana del corral servido en un pan de masa madre. Es decir, una torta de huevo.
Eso me recuerda a mi madre quien de seguro hubiera opinado lo mismo que yo si la llevo al restaurant de reconocida marca de azulejos y sobre la mesa se oferta en un letrero seductor unos trozos de panela rostizada sobre un espejo cremoso de tomatillo silvestre.
“Mira: queso asado como el que les hacia yo cuando estaban chiquitos, nomas que yo hago mejores salsas “ diría ella, echando a perder el truco de quienes apantantallan a mas de tres de esa manera.
Ya ha sido muy visto también pero les cito esto que circula hace mucho en internet:
COMO VENDERLE COMIDA A UN FRESA
Atole Champurrado $5.00
Sublimado de maíz al cacao, canela y leche. $50.00
*
Tacos de canasta de papa y longaniza. 3 x $20.00
Entré crepas de maíz con patatas y embutido de lechón a la paprika 3 x $120.00
+
Sopa de fideo seco $15.00 .
Capelli D’Angello al pomodoro con con esencias de chipotle $75.00
*
Cerdo con Verdolagas $23.00
Entrecot de cerdo con hojas verdes sobre espejo de salsa de tomatillo
y chile serrano. $250.00
*
Palanqueta de cacahuate
(Cortesía de Doña Bertha)
Crocante de maní al piloncillo.
$60.00
Como podemos ver no solo cambia el nombre sino que sustancialmente cambia el precio, no si restarle mérito a esto ultimo que, al fin y al cabo, no están exentos de sabrosura y cuando se pueda hay que ir.
Pero lo sostengo: son los mismos.
