El presidente Donald Trump notificó al Congreso que su país está involucrado en un “conflicto armado no internacional” contra los cárteles del narcotráfico, a los que calificó de “combatientes ilegales”.
Expertos como Jaime Ortiz, abogado internacionalista, dicen que al nombrarlos de esta forma, “aunque los primeros ataques se concentraron en el Caribe, la lógica de considerarlos así podría extenderse a organizaciones con base en territorio mexicano”. Además, alertan por las consecuencias de la decisión en el derecho internacional humanitario.
En el aviso, que se envió a varios comités del Congreso, lo que reportaron The New York Times, la agencia The Associated Press y Fox News, se añaden detalles a la justificación legal de la administración para justificar los ataques contra presuntas narcolanchas en el Caribe.
Ortiz añade “que lo que en apariencia comenzó como una serie de operaciones militares discretas en el Caribe contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico, se ha transformado en un reajuste legal e institucional que redefine la relación del gobierno estadounidense con los cárteles y abre un debate inevitable sobre los límites del poder presidencial frente al Congreso”.
El memorándum al Congreso justificó el más reciente ataque divulgado a una lancha en el Caribe cerca de las costas venezolanas, en septiembre pasado.
León Krauze, periodista y columnista en El Universal, posteó en X que “es importante recordar el derecho internacional (y la historia, sobre todo la conducta de EU en la guerra contra el terror”(.
“No existe la figura de combatiente ilegal”. O eres prisionero de guerra o eres civil, y en ambos casos tienes derechos. Inventar categorías intermedias abre vacíos legales peligrosos. A menos, claro, de que no nos importe el derecho internacional”, manifestó Krauze en X.
CARÁCTER ENCUBIERTO
Guillermo Alberto Hidalgo, especialista en seguridad binacional, dijo a este medio que “más allá de los anuncios oficiales, existen operaciones que nunca serán reconocidas ni difundidas. Su carácter encubierto es parte de su naturaleza: acciones de inteligencia, infiltración y cooperación internacional que se desarrollan fuera del escrutinio mediático y que, por definición, no buscan aprobación pública; que eventualmente se llevan o se llevaran a cabo en territorio mexicano y donde haga falta”.
Alberto Hidalgo destaca a este medio que “la estrategia apunta a golpear a los cárteles mexicanos que operan dentro de EU, sin afectar a actores internos estadounidenses; presionar a los cárteles asentados en México, Colombia y Venezuela; y, al mismo tiempo, utilizar esos movimientos para tejer vínculos indirectos con el gobierno de Nicolás Maduro y con redes criminales mexicanas, lo que permitiría a Washington ampliar su margen de maniobra en la región”.
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