La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo advirtió que la corrupción debe sancionarse con firmeza porque es un acto de deslealtad y una traición a los valores de la nación. Afirmó que lo contrario a la honestidad es la corrupción y que ésta no puede tener cabida en las instituciones del Estado, al señalar que quienes sirven al pueblo deben regirse por principios profundos y no por lujos superfluos.
“La corrupción es deslealtad, por eso no puede tener cabida en nuestras instituciones, por eso debe sancionarse con firmeza y al mismo tiempo enaltecer la honestidad como principio de vida”, expresó.
Cuestionó: ¿de qué sirve el dinero mal habido si con él se pierde la reputación y el legado? Recordó que no hay riqueza más valiosa que el honor, ni poder más grande que la lealtad, ni herencia más importante que el ejemplo de vivir con rectitud.
El mensaje fue pronunciado durante la ceremonia por el 204 Aniversario de la Armada de México, en Veracruz, donde la mandataria encabezó el acto conmemorativo junto a los secretarios de Marina y de la Defensa Nacional.
Sus palabras se dieron en un momento en que la propia institución enfrenta señalamientos por un caso de huachicol fiscal que involucra a mandos de alto rango. Entre los implicados están el vicealmirante Manuel Roberto Farías Lagunas, detenido por su presunta participación, y el contralmirante Fernando Farías Lagunas, actualmente prófugo, ambos sobrinos del exsecretario de Marina Rafael Ojeda Durán.
El caso está relacionado con el aseguramiento de diez millones de litros de combustible en Tampico, Tamaulipas, realizado en marzo de 2025 durante operativos de la Secretaría de Marina en coordinación con la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Sheinbaum Pardo sostuvo que la lealtad a la patria exige fidelidad a la verdad y a los principios, porque la vida de quienes asumen una responsabilidad pública requiere valores profundos, no vanidades ni excesos.
“La verdadera valentía no es solo enfrentar un combate o resistir una tormenta, sino levantarse cada día con disciplina de servir, mantener la rectitud cuando nadie mira, rechazar la corrupción y ser ejemplo para la nación”, afirmó.
Aseguró que la soberanía no es una herencia fácil ni una dádiva pasajera, sino una conquista que se defiende día con día, y que para ello se necesitan valores en las personas y en las instituciones.
La presidenta dijo que las Fuerzas Armadas mexicanas encarnan el honor, el deber, el patriotismo y la honestidad, principios que deben guiar a la nación.
Recordó que la Armada de México nació en 1821 con la creación del Ministerio de Guerra y Marina, y que en 1824 se promulgó la primera Constitución de la República, estableciendo los pilares de un Estado soberano.
Añadió que, dos siglos después, México reafirma la libertad al haber decidido que los tres poderes de la Unión —Ejecutivo, Legislativo y Judicial— emanen del voto popular como expresión de la voluntad del pueblo.
Sheinbaum Pardo destacó que el servicio a la patria no termina nunca y que cada generación tiene su propia responsabilidad. “Así como en 1821 nació la Armada para custodiar la soberanía y en 1825 se consolidó la independencia en la mar, hoy nuestra generación tiene la misión de consolidar la independencia en la justicia, igualdad, libertad, democracia y soberanía nacional”.
La presidenta reconoció la labor del almirante secretario Raymundo Pedro Morales Ángeles y del general Ricardo Trevilla Trejo por su entrega, valentía, honestidad y patriotismo.
“La Marina Armada de México es historia viva y presente firme, es promesa de futuro” y dijo que esperaba que sus valores sigan siendo faro para la nación: honor, lealtad, deber, patriotismo y honestidad.