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Home LAS BOLS RÁPIDAS
Xóchitl vs Claudia al kilo por kilo

Hermosillo, la ciudad solar que prende la vela en medio de la oscuridad energética

David Parra by David Parra
16 octubre, 2025
in LAS BOLS RÁPIDAS
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Mis Bolas Ríspidas. Por David Parra

Hay eventos que trascienden por su tamaño, otros por su relevancia científica, y algunos —los menos— por el mensaje político y simbólico que envían. El Foro Mundial de Energía Solar 2025 que ayer hoy iniciara en Hermosillo, pertenece a esta última categoría.

No es sólo un encuentro de expertos, empresarios y académicos; es un nuevo llamado desde la ciudad solar de que México podría ser una potencia energética limpia si así lo decidiera. Es, en otras palabras, un potente destello que nos obliga a mirar tanto lo que somos como lo que aún no nos atrevemos a ser.

Desde la conferencia insignia en su inauguración, el foro ha dejado clara su vocación: pensar el futuro energético desde la inteligencia, la ciencia y la cooperación. La participación de figuras como Steve Wozniak, cofundador de Apple, y Carlos Moreno, creador del concepto de la “ciudad de 15 minutos”, le da al encuentro un aire que rebasa lo local. No se trata de un congreso técnico más, sino de una plataforma que coloca a Hermosillo —y por extensión a Sonora— en el mapa global de la conversación sobre sostenibilidad, innovación tecnológica y desarrollo urbano sustentable.

La paradoja mexicana se repite cada vez que se habla de energía solar: somos uno de los países con mayor irradiación solar del mundo, tenemos extensiones inmensas de territorio apto para el desarrollo fotovoltaico y una posición geográfica privilegiada. Pese a ello, seguimos anclados a un modelo energético del siglo pasado. El gobierno federal insiste en construir refinerías, subsidiar combustibles fósiles y fortalecer un monopolio estatal que, en lugar de modernizarse, se aferra a paradigmas industriales que ya son obsoletos incluso en los países petroleros.

Esta desconexión entre potencial y política pública no es menor: mientras Europa avanza hacia la neutralidad de carbono, Estados Unidos acelera con programas masivos de transición energética y China lidera la producción de paneles solares y baterías, México discute todavía si las energías limpias son una “amenaza” para la soberanía nacional. La visión de corto plazo —centrada en votos, intereses corporativos y hasta inconfesables sobre el discurso hueco de una nostalgia nacionalista— ha sustituido a la planeación estratégica que debería guiar al país hacia una economía baja en carbono.

Incluso en Sonora, estado de alta radiación solar, el contraste entre el discurso y la realidad es evidente. Se han hecho anuncios grandilocuentes, inauguraciones simbólicas y promesas de liderazgo en la transición energética sin que esto se traduzca en un tangible consistente. Pero más allá de proyectos aislados y avances municipales, no existe todavía una política estatal articulada que vincule educación, infraestructura, incentivos y desarrollo tecnológico en torno a las energías limpias.

La industria local sigue dependiendo mayoritariamente de combustibles fósiles, y la adopción de tecnologías solares en el sector doméstico y empresarial avanza a paso lento. No hay un marco normativo que obligue a incorporar energías renovables en nuevas construcciones, ni una estrategia de movilidad eléctrica a gran escala. En muchos casos, el avance depende del esfuerzo individual de empresas, universidades o gobiernos municipales, mientras el Estado se mantiene como espectador, y uno por cierto que desde los bleechers destaca porque ha optado por ver el juego a la distancia, pudiendo estar en palcos, ha sido el gobernador Durazo, a quien extrañamente, seguramente aún siendo el invitado principal, no hemos visto en ninguna de las ediciones de este importante evento.

En medio de ese panorama, Hermosillo aparece como una excepción luminosa. La realización del Foro Mundial de Energía Solar no sólo proyecta a la ciudad como un punto de referencia internacional, sino que muestra que las transformaciones profundas pueden comenzar desde lo local. La participación de jóvenes en iniciativas como el Climathon, el diálogo entre gobiernos, academia y sector privado, y el enfoque en soluciones concretas —desde almacenamiento energético hasta diseño urbano sostenible— son señales de que aquí sí hay una visión a futuro.

Más allá de lo técnico, el foro envía un potente mensaje político: no necesitamos esperar a que el país cambie desde el centro para empezar a transformar nuestra realidad desde la periferia. Las ciudades pueden ser laboratorio de políticas públicas, incubadoras de innovación y ejemplo de lo que es posible cuando la voluntad política se combina con el conocimiento científico.

El foro también deja preguntas importantes en el ambiente:

¿Por qué México no ha convertido su potencial solar en un pilar de desarrollo económico?

¿Por qué seguimos invirtiendo en infraestructura fósil que será obsoleta en dos décadas?

¿Qué impide que el Estado diseñe una política integral que conecte educación, innovación, inversión y transición energética?

Responderlas implica aceptar que el problema no es tecnológico ni financiero: es político. La transición energética no ocurre por falta de sol ni de recursos, sino por falta de decisión. Y mientras otros países avanzan con determinación hacia un futuro sustentable, México corre el riesgo de quedarse atrás no sólo en competitividad, sino también en calidad de vida y resiliencia ambiental.

Lo que ocurre hoy en Hermosillo es más que un evento. Es una declaración de intenciones. Es la prueba de que el cambio es posible si se alinea la voluntad con el conocimiento. Es la evidencia de que las ciudades pueden ser faros que iluminen el camino que los gobiernos centrales se resisten a recorrer.

La energía solar no es una moda verde ni un lujo para países desarrollados: es la columna vertebral de la economía del futuro. Y si México quiere estar a la altura de ese futuro, debe dejar de pensar en el petróleo como símbolo de soberanía y comenzar a pensar en alternativas energéticas como el sol como sinónimo de independencia.

La ciudad solar mantiene esa chispa encendida, abriendo posibilidades para provocar un incendio. Hoy es Hermosillo, mañana puede ser el estado, y por que no pensarlo así, pasado mañana el país.

Contacto vía @dparra001en X y por Facebook en @En3y2p

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