La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ordenó reducir las operaciones aéreas nacionales en un 4 % a partir del viernes, debido al cierre parcial del gobierno federal. La medida, que entrará en vigor desde las 6:00 a. m. (hora del Este), podría ampliarse hasta un 10 % durante la próxima semana si la situación no se resuelve. En total, cerca de 40 aeropuertos de alto tráfico se verán afectados por esta reducción progresiva.
La FAA explicó que la decisión se debe a la creciente presión sobre el sistema de control del tráfico aéreo, ya que miles de empleados federales, incluidos los controladores, no están recibiendo su salario a causa del cierre de gobierno. Esto ha generado ausencias y fatiga laboral entre el personal, lo que incrementa los riesgos operativos. Por ello, la agencia consideró necesario disminuir el volumen de vuelos para garantizar la seguridad de los pasajeros y del personal.
Las aerolíneas comenzaron a cancelar y reagendar vuelos de manera preventiva, lo que ha provocado demoras generalizadas en los principales aeropuertos del país. Los recortes afectarán principalmente a los vuelos domésticos entre las 6:00 a. m. y las 10:00 p. m., aunque los vuelos internacionales de largo alcance no están contemplados dentro de las restricciones iniciales.
El jueves previo al anuncio ya se habían registrado cientos de retrasos y más de noventa cancelaciones, una señal del impacto anticipado de las medidas. La FAA advirtió que, si el cierre del gobierno continúa, la reducción de operaciones podría ampliarse y afectar de manera más severa tanto al transporte de pasajeros como al de carga aérea.
En conclusión, el cierre del gobierno estadounidense ha comenzado a afectar directamente los servicios esenciales, como la aviación civil, lo que podría generar pérdidas económicas significativas, congestión en los aeropuertos y complicaciones logísticas para miles de viajeros dentro y fuera del país.




