El cantante británico Robbie Williams expresó su preocupación por un rápido deterioro de la vista que atribuye al uso de Mounjaro, un medicamento inyectable para la pérdida de peso.
El ex integrante de Take That aseguró que su visión se ha vuelto cada vez más borrosa en los últimos meses, dificultándole incluso ver a sus fans durante sus presentaciones en directo.
“Básicamente, miraba en la dirección de estas mujeres que me observaban desde abajo, viviendo una experiencia que obviamente es increíble para ellas, y lo que no saben es que yo no puedo verlas”, confesó a The Sun.Williams, de 51 años, relató que el problema se manifestó por primera vez durante un partido de fútbol americano, cuando los jugadores le parecían “formas amorfas en el campo verde”. Desde entonces, ha visitado al óptico y recibido nuevas gafas, aunque asegura que aún percibe dificultades visuales.
A pesar de estas preocupaciones, el intérprete de “Angels” destacó los beneficios del tratamiento en su salud mental y física.
“La falta de angustia mental que he sentido desde que estoy en Mounjaro es completamente liberadora. Durante mucho tiempo, mentalmente, no he estado muy bien.
Y parece que en los últimos diez años las nubes se han disipado y soy una persona diferente”, dijo, señalando que ha incorporado ejercicios diarios y disciplina física a su rutina.
El artista también mencionó la pérdida de peso obtenida gracias al tratamiento, pasando de 86 a 76 kilos, y habló abiertamente sobre su lucha contra la voz interior crítica y los problemas de autoestima relacionados con su peso.
“Ser más grande es terriblemente perjudicial para mi salud mental. Mi voz interior me habla como Katie Hopkins habla de las personas gordas. Es enloquecedor”, afirmó.
Su experiencia coincide con estudios recientes que sugieren un posible vínculo entre medicamentos a base de semaglutida -como Mounjaro, Ozempic y Wegovy- y afecciones raras del nervio óptico que podrían provocar ceguera. Aunque los científicos aún debaten la magnitud del riesgo, en el Reino Unido se han registrado cientos de informes sobre problemas de visión asociados a estos tratamientos.
Mounjaro y sus alternativas funcionan como agonistas de GLP-1, una hormona cerebral que regula el apetito y la sensación de saciedad, y se han popularizado como soluciones “milagrosas” para perder peso.
Sin embargo, la experiencia de Williams subraya la importancia de informarse y supervisar cualquier tratamiento médico de este tipo.
“Quiero alertar a otros sobre los posibles efectos secundarios y animar a la gente a investigar adecuadamente antes de comenzar con inyecciones similares”, concluyó.
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