DEBEMOS suponer que en el nuevo Hospital General de Hermosillo (inaugurado en tres ocasiones) existe una planta de luz extra, como prevención a los momentos en que se presente un corte de energía eléctrica, tan comunes en la capital de Sonora y sobre todo en el verano.
Sin embargo, desde este lunes por la tarde “se cayó” el sistema de cómputo y el Internet en ese nosocomio, lo que originó la suspensión de actividades y la necesaria invitación a los pacientes a retirarse y regresar el jueves, cuando –supuestamente- el problema habrá quedado solucionado.
En otras palabras, no hay consultas, no hay exámenes de laboratorio, no puede haber resultado de los análisis aplicados antes de que se presentara el problema, no hay citas y, cual debe, tampoco se pueden expedir recetas.
La percepción hasta ahora acerca de la operatividad del nuevo hospital general de especialidades de Hermosillo, ha sido buena. Buena atención, gratuita (sobre todo para el más vulnerable) con el abasto de medicamentos solicitados por los médicos.
Sin embargo, es imperdonable que se presenten fallas que- sin la previsión debida- ponga en riesgo la vida de los pacientes, como lo es esta “caída del sistema de cómputo” y la suspensión total de los servicios de Internet.
La Secretaría de Salud del Gobierno de Sonora nos queda a deber y está obligada no solo a solucionar lo más rápido posible el problema, sino el evitar que en lo sucesivo vuelva a presentarse.
Lo más seguro es que en una posible visita del Presidente López Obrador a Sonora, se le oculte la falla del nuevo hospital de Hermosillo.
Desde el punto de vista de la política, el mandatario mexicano quiere gritar a los cuatro vientos antes de concluir su sexenio, que el sistema de salud que ofrece el gobierno no solamente es igual, sino mejor que el de Dinamarca.
Bueno, la realidad es otra. “Dinamarca” aún no llega al más nuevo y lujoso hospital de gobierno en Sonora.
LA SEMANA inició con una violencia inusitada en el Estado… En Caborca, grupos delincuenciales se enfrentaron y trajeron por consecuencia el bloqueo de caminos que conducen a zonas agrícolas en las que cientos de jornaleros tienen sus empleos… Estos trabajadores fueron detenidos y regresados a la ciudad con la desgracia de no poder trabajar y con ello quedarse sin el diario sustento a sus familias… Esto sucedió desde el lunes y lo más triste es que en la parte alta de la mañana de este martes, ninguna autoridad se había presentado para poner orden en la zona… Una tristeza y toda una impotencia, convencerse, una vez más, que las y los ciudadanos están abandonados a su suerte… Nadie garantiza la paz y seguridad en varias regiones…
COMO lamentable remate, el nombre de un distinguido funcionario público de la administración municipal de Cajeme, se unió ayer a la interminable lista de asesinatos en el Valle del Yaqui… Luis Miguel Castro Acosta, director del Organismo Operador Municipal de Agua Potable y Saneamiento (OOMAPAS) fue muerto a balazos poco después de las dos de la tarde, cuando se dirigía a Hermosillo y su camioneta estaba a punto de llegar a Bácum… Una primera versión de los hechos, es que Luis Miguel, que viajaba en el asiento trasero, al darse cuenta de la balacera, bajó de la unidad para tratar de protegerse, pero fue alcanzado por las balas, quedando tendido en el pavimento… Es una dura chamba, pero al final de cuentas, obligación de la Fiscalía General de Justicia, investigar los hechos y establecer si Castro Acosta fue víctima de un asalto, o si falleció en un ataque directo contra su persona… Más allá de todo esto, la ola de asesinatos en el Valle del Yaqui se ha convertido en una tabla numérica para las autoridades de los tres niveles y no un motivo de preocupación como gobiernos responsables de garantizar la seguridad pública.