De Primera Mano. Por: Francisco Javier Ruíz Quirrín
EL ASESINATO del “exmarine” Nicholas Douglas Quets ha trascendido hasta la campaña presidencial en los Estados Unidos.
Tanto Kamala Harris como Donald Trump, la candidata y candidato del Partido Demócrata y Republicano –respectivamente-, han abordado el tema y además de solidarizarse con el dolor de la familia, han condenado el hecho y han hecho referencia al crimen organizado en México.
Como se sabe, Nicholas viajaba con su novia y la madre de ésta última cuando fue atacado por delincuentes sobre la carretera que conduce a Caborca, una de las ciudades con mayor violencia en el Estado.
Joven exintegrante de la Marina de los Estados Unidos, baleado, falleció.
La Fiscalía General de Justicia en Sonora a través de su titular, Gustavo Salas Chávez, informó que ya se ha identificado a los autores de este ataque y van tras su captura con órdenes de aprehensión giradas en su contra.
Sin embargo, este fin de semana, el compañero de fórmula de Donald Trump, el candidato a la vicepresidencia de los Estados Unidos, JD Vance, abordó el caso y advirtió que desde el gobierno vendrían a México por los asesinos de Quets.
Pero aprovechó su mensaje en medio del crimen del “exmarine” para criticar al gobierno de Joe Biden, de quien dijo que sabía el nombre de quien había atacado a Quets y que no había hecho nada para intervenir.
No es secreto alguno que Trump ha reiterado en sus discursos de campaña, su determinación de impulsar la iniciativa de declarar a las bandas delincuenciales de México como grupos terroristas, lo que permitiría al “Tío Sam” entrometerse en la política de seguridad del gobierno mexicano.
Por lo pronto, el tema ha sido una bandera de campaña de ambos candidatos. La diferencia es el radicalismo de Trump y la probabilidad de que al estar de regreso en la Casa Blanca, procedería de inmediato a emitir sanciones contra México, tanto en el tema migratorio, como en el ramo de la fabricación de automóviles chinos y en el de la seguridad.
En campaña se dicen y prometen muchas cosas. Tanto Harris como Trump observarían a México y su gobierno pro-socialista.
Dentro de dos semanas en la elección presidencial. Ya se verá lo que procede.
DESDE EL SEXENIO anterior en Sonora se había establecido un “corredor seguro” desde la frontera de Estados Unidos a Puerto Peñasco, pero, al modo, se abandonó dicho proyecto… Ahora lo ha retomado el gobernador Alfonso Durazo, consciente de la necesidad de contar con mucho más vigilancia para garantizar la tranquilidad a los turistas arizonenses y californianos que constantemente visitan lo que para ellos es “Rocky Point”… Ojalá y así sea y se pueda decir que esa región del Estado está en santa paz.
BAJO protesta pero ayer volvieron a sus labores las y los trabajadores del Poder Judicial de la Federación en el estado de Sonora… No se levantó el paro de labores en todo el país… Allá en el centro y sureste mexicano, el paro se mantuvo, en espera de alguna respuesta a su exigencia de hacer respetar sus plazas de trabajo, su antigüedad, pero más allá de eso, la independencia del Poder Judicial… Desde la Presidencia de la República el mensaje se reitera: “no habrá perjuicio alguno para los trabajadores”… Eso está muy bien… Lo malo es que lo dice el gobierno del segundo piso de la “cuarta transformación”… Si mintió tantas veces el antecesor AMLO, ¿por qué habría de creerle a este?
ALLÁ en la ciudad de México, la presidenta Sheinbaum dijo ayer que “no se negociaría con delincuentes; se seguirá atacando las causas y la impunidad”… Con esa frase sepultó la propuesta del “demonio azul”, Manuel Espino Barrientos, hoy convertido a MORENA, quien se atrevió a proponer llevar a cabo un pacto con el crimen organizado… ¡Ah bárbaro!