Después de muchos gritos y sombrerazos, el ministro Alberto Pérez Dayán se aventó una maroma con chorrocientos mil grados de dificultad y, fustigando la reforma judicial, permitió que pasara al votar en contra del proyecto de su colega Juan Luis González Alcántara, en medio de un debate del que, no tenga usted la más mínima duda, no vimos ni el 10 por ciento.
Durante meses fuimos testigos de las más elevadas elaboraciones teóricas, los más intrincados retruécanos de la retórica jurídica y los más sesudos análisis sobre todos los aspectos de la multicitada reforma judicial.
Lo que no vimos, aunque aquí se advirtió desde hace tiempo, fueron las ‘manitas de cochi’ y las intensas jornadas de negociación política entre los operadores del gobierno federal y cualquiera que se asumiera como interlocutor en este proceso, para finalmente desahogar el tema sin que se presentara el escenario apocalíptico de la crisis constitucional, la destrucción de la patria, el fin de la República y la instalación a dos nalgas en el destartalado sillón del comunismo, que tantas pesadillas genera en un sector muy vocinglero pero poco efectivo y menos organizado, de la oposición al gobierno de Morena.
Se desechó el proyecto del ministro Alcántara Carrancá, la reforma judicial va y ahora falta ver cómo doña Claudia Sheinbaum va a lidiar con el proceso de elección de jueces, magistrados y ministros; no solo falta saber de dónde va a sacar los 13 mil millones de pesos que está pidiendo el INE para la organización de esa jornada (que renueva en 2025 solo a la mitad del Poder Judicial, la otra mitad se elegirá en 2027), sino que es un enigma saber cómo va a operar el aparato de justicia, renovado por la vía del voto popular.
Quienes gustan desgarrarse las vestiduras por la catástrofe que presuntamente sobrevendrá a este proceso, parecen partir de una convicción un tanto bizarra, en la que se asume que el Poder Judicial tal y como ha funcionado en las últimas décadas es una pieza de relojería en términos de eficiencia y un remanso de honestidad en términos de transparencia, lo cual no tiene nada que ver con la realidad de un país sumido en la impunidad y la corrupción, todavía.
La verdad es que no sobrevino la catástrofe, el pueblo no se alzó en armas contra el régimen autoritario y gandalla, la economía nacional no se fue al abismo y lo único que pasó es que los mexicanos fuimos testigos de una edición remasterizada de algunos pasajes de la vida política en la que el partido hegemónico hacía lo mucho y lo poco por sacar adelante su proyecto de nación, así fuera no del agrado de la entonces oposición.
Es más, todavía se burlaban. Los millenials, centenialls y generación Z no lo recuerdan, pero hubo un tipo que además de diputado federal fue dirigente nacional del PRI, al que la historia registra con el nombre de Humberto Roque Villanueva, que cuando la mayoría tricolor aprobó el incremento del IVA del 10 al 15 por ciento, pasó a la fama con la famosa ‘roqueseñal’, que fue una teatralización de un acto de fornicación en medio de las curules de San Lázaro.
De Roque Villanueva ya casi nadie se acuerda, y de aquellos tiempos en que a la izquierda le tocó poner no solamente la otra mejilla, sino los muertos, desaparecidos, encarcelados, reprimidos, investigados y perseguidos por el régimen, solo se acuerdan los que hoy, no sin una buena dosis de revanchismo y festín de venganza, no dudan en equipararse a aquel patibulario sujeto que se cogió a todo México con el incremento al IVA porque así convenía al régimen en funciones, y salen a soltar, con la frescura cínica de Gerardo Fernández Noroña, un ‘Tengan para que aprendan’, que de una y muchas maneras equivale a la ‘roqueseñal’ en cuanto a la arrogancia con la que se ejerce el poder sin cortapisas, y se ningunea a la oposición, hoy como ayer, literalmente doblegada.
La historia da, por supuesto, muchas vueltas.
II
Pero antes que en una de esas vueltas nos agarren mal parados, yo mejor me voy, y les sugiero acompañarme, a Ures, donde cuenta la leyenda que quien se baña en su laguna queda inmunizado para cualquier tipo de crisis constitucional, blindado ante una eventual invasión extranjera y a salvo de todo intento por instaurar un régimen comunista en el que solo sobrevivirán los marxistas leninistas, los trotskistas, los maoístas y los priistas y panistas que brincaron a tiempo para seguir estando en el lado correcto de la historia, que es el equivalente a decir: seguir estando donde se parte, se comparte y se quedan con la mejor parte, o en términos más mariguanísticos, es como tener la bacha por donde no quema.
(Nomás hágame usted el recabrón favor de enterarse que el dictamen de la reforma judicial viene firmado por el señor Sergio Gutiérrez Luna, un tipo que ni en sus más febriles delirios del saqueo padrecista imaginó encontrarse en estas cúspides del poder. Pero esa es otra historia.
Antes de que se instaure la dictadura comunista en México, mejor vámonos pa’Ures, donde mañana jueves inicia el Festival de Pueblos Mágicos del Golfo de California, ahí en la ‘Olvidada Atenas’ que se vestirá de gala durante tres días recibiendo a las delegaciones de Baja California, Baja California Sur, Nayarit y Sinaloa.
La inauguración correrá a cargo del gobernador Alfonso Durazo y la secretaria de Turismo federal, Josefina Rodríguez Zamora que, créanme, les he buscado el tatuaje de la hoz y el martillo desde hace varios años y no se los he encontrado por ningún lado; antes bien, lo que sí se les nota es una intensa actividad por la integración económica con Estados Unidos y otros países, políticas públicas de incentivos a la inversión privada, la globalización económica y otros asuntillos que nada tienen que ver con la dictadura del proletariado y sí con el fomento y promoción de eventos como el que se llevará cabo en Ures.
La cartelera luce muy interesante; de hecho comenzará desde el miércoles 6 de noviembre con la celebración del Día del Bacanora y la presentación de productos regionales en la plaza pública, cerrando con un concierto de regional mexicano allí mismo.
Los siguientes días se presentarán los estados participantes como ‘Destinos’, ofreciendo el amplio catálogo de atractivos turísticos de sus respectivos pueblos mágicos, que en el caso de Sonora son cuatro: Magdalena, San Carlos, Álamos y Ures.
Complementariamente habrá cabalgata, rodeo, conciertos, obras de teatro, entre otros divertimientos, así que en caso de no tener agenda, y si la tiene reconsidérela, vámonos pa’ Ures.
III
Ya comenzó a hacer movimientos en la Secretaría de la Contraloría estatal la nueva titular María Dolores del Río Sánchez. Y en estos movimientos quien confirma no solamente que es un hombre de sus enteras confianzas, sino que su capacidad profesional lo convierte en un apoyo más que importante en la estructura de la dependencia.
Se trata de Rodrigo Flores Hurtado, quien acompañó a María Dolores en su primera etapa como secretaria de Seguridad Pública, y posteriormente fue llamado para ‘desatorar’ el programa de Uniformes Escolares en la Secretaría de Educación y Cultura, donde se desempeñó con gran éxito como subsecretario de Administración.
De hecho a él se atribuye el replanteamiento administrativo y logístico de ese importante programa, que sacó adelante en dos ocasiones; la primera de ellas en condiciones muy complicadas, pues al anterior secretario de Educación Aarón Grageda ‘se le enredó la piola’ y se le desfasaron todos los tiempos.
Ayer, Flores Hurtado levantó la mano para rendir protesta como subsecretario de la Coordinación Ejecutiva de Auditoría y Control Gubernamental. Junto con él llegaron Leticia Rascón Córdova como directora General de Evaluación y Control de Obra Pública, y Mario Alberto Corona Urquijo, como director General de Auditoría Gubernamental.
Claramente María Dolores del Río está acuerpándose con un equipo en el que puede confiar, evitando desaguisados como los que llevaron a la ‘renuncia por motivos de salud’ de Guillermo Noriega Esparza, de quien luego se supo tuvo que salir por la puerta trasera luego de que dejara prescribir algunos casos de corrupción relacionados con la llamada Operación Safiro, que involucraba a reconocidos personajes de la administración estatal anterior.
Se le han estado alineando los astros a Rodrigo Flores Hurtado en los últimos meses, pues también está registrado como aspirante al Salón de la Fama del Deportista Sonorense en la categoría de Promotor Deportivo, una labor en la que también ha destacado notablemente. Enhorabuena y ojalá logre también este nuevo reconocimiento.
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