LA “INVASIÓN” CHINA a Sonora se produjo a raíz de que en 1889, el entonces gobernador Ramón Corral Verdugo propició la llegada de un primer grupo para trabajar en las minas y en la construcción del ferrocarril, impulsado por el presidente Porfirio Díaz.
Hacer largo el cuento requeriría de mucho más espacio, pero sí podemos decir que existen registros que treinta años después de que gracias a los contactos chinos en San Francisco, California, -de parte del gobernador Corral-, los chinos se habían apoderado no solo del comercio en la capital del Estado sino de muchas actividades más.
Ante ese escenario inició lo que algunos historiadores consideran fue un fenómeno homofóbico, el que llegó al punto de crear algunas organizaciones sociales defendiendo lo que para ellos era el nacionalismo y atacando con fiereza a la comunidad china, que para el año 1923 registraba más de 4,300 residentes en el Estado.
El movimiento de inconformidad por el dominio chino en Hermosillo, aumentó cuando el llamado “Grupo Sonora” (Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles) llegó a la presidencia de la república.
Para inicios de la década de los años treinta, los chinos se habían convertido en la “burguesía de los comerciantes” y cuando menos dos firmas de entre todos ellos, mantenían un crecimiento que podría extenderse a todo el país.
La homofobia, el racismo y el “nacionalismo” de los sonorenses y los mexicanos, se imprimía en todo tipo de publicaciones, incluidos los periódicos.
Los principales señalamientos se basaron en que los chinos eran propensos a enfermedades contagiosas y la época registraba lo que se conoció como “fiebre amarilla”, declarada una epidemia.
En 1933 y siendo gobernador Rodolfo Elías Calles, los chinos fueron expulsados de Sonora. Quienes radicaban en Agua Prieta huyeron a Chihuahua, en tanto que Mexicali principalmente fue un refugio para miles de chinos que se vieron en la necesidad de abandonar el Estado.
Bueno, cien años han transcurrido desde que la comunidad china se había apoderado del comercio local “perjudicando” la economía de todos los sonorenses y ahora están de regreso.
Ante nuestros ojos están los negocios de los chinos quienes poco a poco se han ido apoderando de los espacios comerciales de la capital del Estado.
Hay quienes han empezado a analizar el fenómeno y por lo pronto existe un temor que se refleja en los precios ofrecidos al comprador por el comercio chino –se dice-, más accesible que el mexicano.
A como van las cosas, es probable que el fenómeno que se dio hace cien años, -cuando la comunidad china en Hermosillo fue considerada la más rica y floreciente- se repita.
Ahora, en la tercera década del siglo XXI, fenómenos como la homofobia y el racismo, han desaparecido mayormente para dar paso a la “inclusión”.
Así como el origen de la llegada de los chinos se dio por la gestión de un gobernante sonorense, en nuestros días “nos invaden” gracias a la voluntad del presidente López Obrador.
Como dijimos, los tiempos son otros. ¿Se repetirá también la expedición de un decreto para expulsarlos como ocurrió en 1933?
Difícil, ahora.
AYER, en Hermosillo, fue recibido como toda una celebridad el presidente de la mesa directiva del Senado de la república, Gerardo Fernández Noroña, flanqueado por los legisladores sonorenses Lorenia Valles Sampedro y Heriberto Aguilar… Fernández Noroña no es un tipo que goce de las simpatías de sus mismos correligionarios en el Partido del Trabajo y MORENA (por su carácter rijoso y temperamento iracundo) pero habrá qué admitir que heredado por López Obrador en el Senado, hasta ahora ha desempeñado el papel de un sólido muro de contención para detener a las voces más poderosas de la oposición, llámese dirigentes del PRI, del PAN y otras figuras que no piensan igual que la “cuarta transformación”… El señor se quedó “picado” desde el pasado proceso interno de MORENA para designar candidata a la Presidencia y hoy recorre el país so pretexto de difundir la reforma judicial e invitar a Juan Pueblo (bueno y sabio) a registrarse como aspirantes a jueces, magistrados o ministros en el Poder Judicial de la Federación… Y es que –aunque usted no lo crea- sueño con palacio nacional en el año 2030.