EL DOMINGO por la mañana en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quiso subrayar su declaración: “El tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá, es la única forma de enfrentar con éxito la competencia económica y comercial con China”.
Evidentemente, el mensaje iba dirigido a Donald Trump, el futuro presidente de los Estados Unidos y un duro crítico de China y su expansión en el mundo.
Pero mientras la mandataria mexicana buscaba congraciarse con quien llegará a la Casa Blanca el próximo 20 de enero, éste último reiteraba durante una entrevista en París, Francia, su amenaza de imponer aranceles a los productos de exportación mexicanos y canadienses.
Trump se atrevió todavía a decir que su país financiaba al nuestro con 300 mil millones de dólares y a Canadá con 100 mil millones y que solo por eso deberían anexarse como los estados 51 y 52 a la Unión Americana.
Algo muy ofensivo. Como siempre lo ha sido con México y su gente.
Ante esto, la presidenta de México dijo ayer en su mañanera de palacio nacional que dejaría a un lado “este diálogo a través de los medios”, reiterando que México era un país soberano, libre e independiente.
Lo más probable es que la señora Sheinbaum finalmente haya comprendido que la actitud altanera y amenazante de Trump no solo forma parte de su carácter sino también de un estilo propio de una persona que será presidente del país más poderoso del mundo y que a pesar de que somos socios en el T-MEC, nos sigue considerando el patio trasero de su casa.
Quizá a estas alturas, además de responder a los señalamientos ofensivos de Trump en defensa de nuestra soberanía y por la dignidad de nuestra gente, la presidenta haya determinado no continuar con este debate mediático con un personaje que en la realidad, aún no ocupa el cargo.
Y porque aún el presidente de Estados Unidos se llama Joe Biden.
EN SONORA continúa la exposición de ideas rumbo a la reforma del Poder Judicial local y como seguimiento a la reforma al Poder Judicial de la Federación… Así como se reformó la Constitución Política de México para alcanzar ese propósito, así también deberá reformarse la Constitución de Sonora para los efectos locales… Lo que trascendió el día de ayer es que el presidente del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, Rafael Acuña Griego, continuará en ese cargo hasta el año 2026… A partir de esta disposición podemos interpretar que, en los hechos, una reforma al Poder Judicial en Sonora para elegir a jueces y magistrados por el voto popular, sería efectiva hasta el año 2026… No pudiera pensarse en una administración de justicia con nuevos jueces y la continuidad del mismo presidente del máximo tribunal en el Estado… ¿O sí?
SOBRE el tema anterior pero a nivel central, el coordinador de la bancada de MORENA en la Cámara de los Diputados, Ricardo Monreal, anunció ayer en rueda de prensa que en los próximos días se analizará y debatirá acerca del presupuesto del gasto del gobierno federal y que está contemplado una reducción de más de 30 mil millones de pesos de los recursos destinados al Poder Judicial Federal, organismos electorales y lo que queda de órganos autónomos o descentralizados… Palabras más, palabras menos, castigar a las instituciones que en su momento se han opuesto a las órdenes de palacio nacional y cuya existencia tendrá vigencia solo los primeros diez meses del año venidero… Es una manera, también, de cerrar la pinza del control central en unas cuantas manos y consolidar al Estado mexicano como una nación sumida en la voluntad de una sola persona.
JUAN Ochoa Valenzuela, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora, anunció ayer que se están adelantando lo que por su lado deberá hacerse en cuanto al registro y ordenamiento en estaciones cuarentenarias, buscando de esa manera que lo más pronto posible se reabra la frontera a la exportación de ganado… “En acuerdo con las autoridades, tenemos confianza en que el problema pase lo más rápido posible”, expresó el dirigente de los rancheros sonorenses.