Hermosillo, Son. Las heladas provocadas por el paso de la segunda tormenta invernal y el frente frío 21 causaron daños en los cultivos de tomate en el municipio de Cajeme.
“Con estas nevadas en la sierra, las bajas temperaturas afectaron en todo el estado, aquí en el Sur las hectáreas de tomate y ya se helaron”, lamentó Juan González, productor de tomate en Cajeme, al describir los estragos en cultivos afectados por temperaturas que han llegado a descender entre tres y cero grados centígrados en ciertas áreas. Aunque en Guaymas y Empalme las pérdidas han sido menores, el frío extremo en Cajeme amenaza con un declive significativo en la producción.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, las temperaturas en la región se han mantenido consistentemente por debajo de los 10 grados, niveles que comprometen el desarrollo óptimo del tomate, un cultivo que necesita temperaturas superiores a los 20 grados centígrados. Agustín Urías, representante de la Alianza de Trabajadores del Campo en el Valle de Guaymas y Empalme, informó que los daños en estos valles han sido limitados a un 5 por ciento, con afectaciones leves en cultivos abiertos de calabaza y tomate.
“No estuvo tan fuerte; las calabazas se quemaron en las puntas, pero la planta madre sigue intacta. En el caso del tomate, el frío ha generado quemaduras leves, aunque no ha dañado de manera crítica las cosechas”, detalló Urías.
Sin embargo, las perspectivas no son alentadoras. La Secretaría de Agricultura ha advertido que la continuidad de frentes fríos podría intensificar las afectaciones en los cultivos. Este panorama, sumado a la reducción del 30 por ciento en la mano de obra agrícola en el estado, podría impactar los costos y la disponibilidad del producto en los mercados locales y nacionales.
Aunque Sinaloa, principal productor de tomate a nivel nacional, no reportó daños por el frío, el descenso en la producción sonorense podría generar una mayor presión sobre la oferta y una eventual alza en los precios del tomate en los próximos meses.
La incertidumbre persiste mientras se monitorea el comportamiento del clima en el estado, con previsión de nuevas inspecciones en las hectáreas afectadas. Los agricultores sonorenses enfrentan, una vez más, el desafío de adaptarse a las inclemencias climáticas que azotan a esta región del noroeste.
