La actriz Anabel Ferreira dejó una huella de diversión y controversia en la celebración del décimo aniversario de MasterChef Celebrity, donde se autoproclamó “reina del mandil negro” tras ser la primera eliminada del top 10.
Su participación, marcada por su humor y espontaneidad, generó críticas en redes sociales, especialmente por recibir ayuda desde el balcón, algo que actores como Luis Fernando Peña y Plutarco Haza señalaron como una ventaja.
Ferreira, sin embargo, respondió con empatía a las críticas: “Las cosas que surgieron en las redes, les tengo compasión porque si te dedicas a tirar mala onda, es que no estás cómodo con tu vida y tienes broncas, porque si vives contento no lo haces, yo les deseo felicidad, no los juzgo”, expresó en entrevista con EL UNIVERSAL.
Desde el inicio, su objetivo fue claro: disfrutar. “Yo me fui a divertir y logré mi cometido, encima de todo aprendí muchas cosas de cocina, así que estoy contenta y agradecida, en la vida hay problemas grandes y pequeños, yo salí ganándola de todas, todas, además hice nuevos amigos”, afirmó.
Aunque la cocina no es su fuerte, Ferreira reconoció el desafío de enfrentar a jueces exigentes: “Lo más complicado desde luego es cocinar, es que los jueces son paladares exigentes pero profesionales, porque yo también soy un paladar exigente pero solo de consumidor en el restaurante, pero cocinarlo es otra cosa, ser una gran cocinera no ha sido uno de los objetivos en mi vida porque cada uno tiene sus intereses”, aseguró.
En MasterChef, las relaciones humanas son tan cruciales como los platillos. Ferreira vivió de cerca las alianzas, rivalidades y estrategias: “A mí me eliminaron en un momento de la competencia en la que ya empezaba a ser mucho más evidente el juego sucio y yo no comulgo con estas formas, en la vida las personas actuamos en cuanto a lo que somos, entonces yo no tengo nada malo que decir de nadie, porque honestamente ni me importa, pero lógicamente al ponerme un reto de veintitantos ingredientes pues a cualquiera lo hubieran mandado a un reto de eliminación”, relató.
Y añadió: “En la cuestión humana en MasterChef creo que la cámara retrata realmente todo y en el transcurso de los capítulos se ha ido viendo qué trae cada uno adentro y quién es quién y no hace falta que yo lo reitere porque parecería que pretendo hablar mal de alguien para levantar mi imagen y no lo necesito, actué como soy y ahí se vio”.
Tras su paso por el reality, Ferreira continúa con una agenda llena, incluyendo proyectos en plataformas digitales y la coescritura de una obra teatral con Verónica Maldonado sobre la misoginia internalizada entre mujeres.
“Estoy en cosas que alimentan mi psique y mi alma, además de procurar crecer como persona”, concluyó la estrella de Principessa.
Anabel se despide de MasterChef Celebrity fiel a su esencia: con buen humor, lecciones aprendidas y nuevas amistades, sin dejarse opacar por las críticas.
