Una evaluación médica ha encendido las alertas a nivel nacional: el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, fue diagnosticado con insuficiencia venosa crónica luego de presentar hinchazón progresiva en las piernas y moretones sin causa aparente. El diagnóstico fue confirmado por el doctor Stephen Jackson, responsable del equipo médico presidencial, tras una revisión clínica en la unidad médica de la Casa Blanca.
El mandatario, de 79 años, inició su nuevo periodo el 20 de enero de 2025 tras ganar las elecciones de 2024, y le restan poco más de tres años de mandato hasta enero de 2029. La enfermedad detectada implica un mal funcionamiento en el retorno de sangre desde las piernas, lo que puede provocar dolor, inflamación, úlceras y riesgo de trombosis si no se trata de manera adecuada. De acuerdo con reportes anteriores, el presidente ha presentado problemas como colesterol elevado controlado, rosácea leve y arritmia ocasional.
Según lo establecido en la Ley de Transparencia en Salud Presidencial, firmada en 1996, el presidente debe someterse a una revisión médica anual cuyos resultados deben hacerse públicos parcialmente por razones de seguridad nacional y transparencia institucional. En un chequeo previo, realizado en febrero de 2024, fue declarado “apto para ejercer funciones”, aunque se señalaron leves observaciones sobre su presión arterial y metabolismo lipídico. El equipo médico ya programó nuevos estudios vasculares y de coagulación para agosto, así como controles trimestrales para dar seguimiento a su tratamiento.
La insuficiencia venosa crónica afecta principalmente a adultos mayores, especialmente si llevan una vida sedentaria, tienen antecedentes familiares o siguen una alimentación rica en sal. En casos como este, se recomienda el uso de medias de compresión, actividad física moderada y tratamiento con medicamentos vasodilatadores y anticoagulantes suaves. De no tratarse, puede provocar úlceras persistentes, trombosis profunda o problemas de movilidad, lo que podría poner en duda su capacidad para cumplir con agendas internacionales demandantes.
La vocera de la Casa Blanca, Kayleigh Robards, afirmó que “el presidente mantiene firme el liderazgo y sigue al pie de la letra todas las recomendaciones médicas”. Expertos constitucionales indican que esta condición no implica por ahora una incapacidad para ejercer su cargo, pero sugieren un mayor control médico a medida que avance su gestión. Medios especializados han reabierto el debate sobre la necesidad de exigir protocolos más estrictos en el monitoreo cardiovascular y venoso de mandatarios mayores de 75 años.
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