La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) afirmó que si bien la reducción de la pobreza es un logro que debe celebrarse, la vulnerabilidad por carencias sociales creció.
En un comunicado, precisó que en 2024, 41.9 millones de personas —32.2% de la población— enfrentaron al menos una carencia. La más común es la falta de seguridad social (48.2%), seguida de acceso a servicios de salud (34.2%) y alimentación nutritiva y de calidad (14.4%).
Agregó que la disparidad regional permanece. Chiapas, Guerrero y Oaxaca encabezan la lista de entidades con mayor porcentaje de personas en pobreza, al registrar tasas de 66%, 58.1% y 51.6% de su población en pobreza, respectivamente. En el caso de Chiapas, 1.5 millones de habitantes se encuentran en pobreza extrema, lo que equivale a casi una cuarta parte de su población.
En contraste, estados como Nuevo León muestran que el progreso es posible: 53.5% de sus habitantes no son pobres ni vulnerables, reflejando que el bienestar sostenido se alcanza cuando convergen crecimiento económico, inversión productiva y empleos dignos
Precisó que a pesar de los avances en ingresos, persisten desafíos estructurales importantes. Uno de los más graves es el aumento de la población vulnerable por carencias sociales: personas que, aunque superan la línea de pobreza, enfrentan al menos una carencia en derechos sociales.
La principal carencia sigue siendo la seguridad social, que afecta al 48.2% de la población y ha crecido en entidades como San Luis Potosí, Colima, Guerrero y Puebla. Le sigue el acceso a servicios de salud, que afecta al 34.2% de la población. Aunque bajó 4.9 puntos desde 2022, aumentó 18.6 puntos porcentuales con respecto a 2016, lo que equivale a cerca de 26 millones de personas más sin cobertura. El cambio del modelo de atención en salud para población sin seguridad social, ha sido el factor clave en este retroceso.
En el caso del rezago educativo, añadió, si bien registra una reducción con respecto a 2022 (- 0.8 puntos porcentuales), en seis entidades aumentó esta carencia y el porcentaje apenas ha variado respecto a 2016.
De acuerdo con el Inegi, el rezago educativo ha crecido para niñas, niños y jóvenes en edad escolar; hay 1.5 millones más población entre 3 a 21 años que no asiste a la escuela y no cuenta con educación obligatoria.
“Es imperativo que en el próximo Presupuesto de Egresos se prioricen la educación y la salud. Ambos son pilares fundamentales para asegurar movilidad social y bienestar”.
“Debemos garantizar no solo el acceso, sino también la calidad de los servicios que reciben los hogares mexicanos, de manera que ningún ciudadano quede rezagado por falta de oportunidades en estas áreas esenciales. El gasto privado en salud creció 40% en 2024 con respecto al 2016, afectando más a los hogares de menores ingresos, lo que evidencia la urgencia de corregir el rumbo de las políticas gubernamentales”, externó.
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