EN ALGO que concordamos todos, es que lo que se diga o se omita, lo que se haga o deje de hacer en tiempos de campaña por la Presidencia de la República, o la lucha por el poder –que es lo mismo- tiene un propósito netamente político.
En otras palabras, nada puede ser improvisado, porque si lo fuera, el error por ingenuidad se pagaría muy caro.
Luego entonces, en base a lo anterior, el presidente Andrés Manuel López Obrador pensó muy bien y llevó a cabo su estrategia de provocar al actual gobierno de Ecuador, para obtener el resultado que ahora vemos.
Primero, poniendo a Benito Juárez en un cajón del olvido, AMLO se puso a opinar sobre las elecciones en aquel país hermano de América del Sur y sobre el asesinato del candidato presidencial el pasado 9 de agosto, Fernando Villavicencio.
La intromisión de nuestro mandatario mexicano no quedó ahí. Calificó de “fachos”, es decir “fascistas” a las fuerzas armadas ecuatorianas y a su actual gobierno y se atrevió a proteger primero en le embajada mexicana en Quito al criminal izquierdista Jorge Glas y todavía ofreció darle asilo en nuestro país.
La actitud de López Obrador no fue la correcta, como tampoco fue correcta la respuesta del gobierno de Ecuador, que irrumpió en la embajada de México para llevarse a Glas y meterlo a la cárcel. Éste último fue vicepresidente de su país en dos periodos. Fue sentenciado por corrupción al recibir sobornos de “Odebrecht” y pasó tiempo tras las rejas. El actual gobierno mantiene una investigación en su contra y una orden judicial para detenerlo, algo de lo que AMLO quería protegerlo y además, darle cabida en nuestro suelo. ¿Por qué? porque Glas es un hombre de izquierda. Solo por eso.
Las consecuencias las conocemos todos: México rompió relaciones diplomáticas con el gobierno ecuatoriano. De paso, nos metió en un gran problema a las y los mexicanos. No hablamos estrictamente de las ahora suspendidas relaciones comerciales entre ambas entidades, las que sin suda se verán afectadas con todo lo que eso implica.
No. Quizá el propósito de López Obrador fue poner su figura “en medio de la calle donde se está llevando la campaña presidencial en México”, jalar la atención general y martirizarse, buscando con ello el apoyo del pueblo.
El problema en que nos metió es que, para muchos mexicanos, ante un conflicto internacional en el que se involucra nuestro primer mandatario de la nación, estamos obligados a apoyar al jefe de las instituciones nacionales, independientemente de las razones y sinrazones en el conflicto.
Y, sabedores de que nuestro Presidente tiene metidos cuerpo y alma en el propósito de conservar el poder con Claudia Sheinbaum, es capaz de eso y más, sobre todo cuando ha detectado que el resultado de la elección pudiera cerrarse.
DEBO reconocer que esta columna la escribo momentos antes de la realización del primer debate presidencial entre Claudia, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez… Ya anotaremos los detalles, sobre todo aquellos que pudieran influir en que muchos cambien el sentido de su voto… Y es que la inmensa mayoría de ciudadanas y ciudadanos dispuestos a acudir a las urnas el próximo domingo 2 de junio, ya tienen definido su voto… Estamos convencidos de que lo verdaderamente trascendente es que la oposición a MORENA, convenza a su gente de salir a votar… Porque las y los mexicanos que darán su voto a la continuidad de la “cuarta transformación” (alrededor de 20 millones) serán movilizados y motivado$ el llamado “Día D”… Una mayoría de los 95 millones de electores en este país está en contra de López Obrador y de su candidata, pero es la que prefiere quedarse en casa disfrutando de un partido de fútbol porque “no le interesa la política”, sin tomar conciencia de que la política sí se interesa en ella… Como dijo San Agustín, -una de las mentes más brillantes de la humanidad-, cuando hizo referencia a la credibilidad de Dios, aún sin verle: “Si crees, tengo mil argumentos que ofrecerte, pero si no crees, no tengo ninguno”… Finalmente, habrá qué reiterar que quien verdaderamente está llevando a cabo la campaña para la señora Sheinbaum, es el Presidente… No es ella, que en verdad es mala candidata… Así que en los 50 días que restan de campaña, sería una pérdida de tiempo para la oposición dedicarse solo a atacar a quien solo repite los libretos que le envían de palacio nacional.