El aumento al salario mínimo en México es el más alto que se haya registrado entre los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) durante 2018 y 2025, de acuerdo con el Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con el documento que se presentó en el Congreso de la Unión, esta política del aumento salarial ha permitido una recuperación histórica del poder adquisitivo de los mexicanos, con un alza acumulada de 131.5 por ciento desde 2019.
El salario mínimo general pasó de 88.36 pesos diarios en 2018 a 278.80 pesos en 2025 en la mayor parte de los estados, mientras en la Zona Libre de la Frontera Norte, el salario mínimo se ubicó en 419.88 pesos diarios, lo que significó una recuperación de 248.7 por ciento respecto a 2018.
El aumento al salario mínimo ha sido un acto de justicia frente a la absurda creencia de que subirlo provocaría inflación justificando, en realidad, la concentración de riqueza.
Primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum.
De acuerdo con el Informe, desde 2019 los aumentos se han mantenido por encima de la inflación, lo que consolidó un crecimiento sostenido del ingreso básico.
Con ello, la pobreza laboral se redujo a 33.9 por ciento en el primer trimestre de 2025, el nivel más bajo desde que existe registro en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Según el informe, una persona con salario mínimo puede hoy cubrir su propia canasta básica y hasta el 80 por ciento de la de un dependiente económico, cuando antes de 2019 no alcanzaba ni una. La meta al finalizar el sexenio es llegar a 2.5 canastas básicas con un solo ingreso mínimo.
El impacto también se refleja en los salarios formales. Los trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) vieron un aumento real de 3.4 por ciento en la primera mitad del año, mientras que el ingreso laboral promedio en la ENOE creció 6.2 por ciento entre enero y junio.
El informe refiere que se impulsaron mejoras en sueldos de docentes, personal de salud, Guardia Nacional y fuerzas armadas, con el objetivo de equipararlos al salario promedio del IMSS.
La política salarial incorporó un enfoque de género. En el IMSS, la brecha salarial entre mujeres y hombres se redujo a 12.8 por ciento en 2025, dos puntos menos que en 2018.
En municipios con menores salarios, el aumento del mínimo redujo la diferencia entre géneros hasta en 66.6 por ciento entre 2019 y 2024.