El huachicol tradicional, es decir el combustible que le roban a Petróleos Mexicanos (Pemex) a través de tomas clandestinas en su red de ductos, creció 35% en los primeros nueve meses de este año respecto al mismo lapso de 2024, según cifras de la empresa.
Pemex reportó una pérdida de 20 mil 246 millones de pesos entre enero y septiembre de 2025, mientras que en el mismo lapso del año pasado el quebranto por ese delito fue de 14 mil 972 millones.
Todo esto mientras se investiga el delito de contrabando de combustibles, también llamado huachicol fiscal, por parte de la Fiscalía General de la República, ante una presunta red de corrupción integrada por funcionarios de la Marina durante el sexenio anterior.
Los dos delitos, aunados a otro que los empresarios gasolineros privados del país detectaron como mezclas ilegales de hidrocarburos, se han extendido por todo México. Según la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), hasta uno de cada tres litros que se distribuyen en el territorio nacional tiene un origen ilícito.
No obstante, Pemex ya atiende la problemática en conjunto con otras instituciones.
La semana pasada, en su comparecencia ante diputados, el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, explicó que el huachicol tradicional consiste en la sustracción ilegal de combustibles, mientras que el huachicol fiscal es el contrabando mediante la importación de hidrocarburos registrados con otra fracción arancelaria para evitar el pago de impuestos.
Los resultados trimestrales de Pemex publicados este lunes muestran que las pérdidas por el robo de combustibles en sus ductos representan casi la mitad de las pérdidas totales de la empresa en lo que va del año.
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